Agentes de la Policía Local de Almuñécar, apoyados por componentes de la Guardia Civil, procedieron ayer a precintar el camping Nueva Herradura, ubicado en La Herradura. La medida se adoptó como aplicación de una decisión judicial y aunque cuando los cuerpos de seguridad llegaron al establecimiento hostelero se produjeron algunas protestas bastante airadas, lo cierto es que poco después los propietarios del recinto desistieron y accedieron a abandonarlo.

En realidad, el camping no ha quedado del todo vacío. Aún hay dentro una familia que alegó que sólo un día antes, uno de sus componentes había tenido un grave problema de salud, en concreto un amago de infarto. Ante la disyuntiva de obligarlo a marcharse y afrontar el riesgo, o bien dejarlo allí provisionalmente, se optó por esto último. La familia en cuestión, eso sí, sólo ha obtenido una prórroga de 24 horas, transcurridas las cuales también habrán de abandonar el lugar.

La decisión judicial que ha propiciado el desalojo es, a su vez, consecuencia de una denuncia presentada por el Ayuntamiento de Almuñécar, que denunció a los propietarios del local y les achacó el incumplimiento de varios puntos de la normativa municipal, aunque esos detalles no han trascendido por el momento. El juez le dio la razón a la institución pública y, tras los avisos pertinentes, procedió a ejecutar la orden de desalojo.

El conflicto incluso ha tenido una mínima repercusión internacional. Se da la circunstancia de que dentro del camping Nueva Herradura vivían varias familias danesas, que han puesto su caso en conocimiento del consulado de su país en la provincia, por entender que, al margen de si el camping cumplía o dejaba de cumplir esas ordenanzas municipales, ellos son simplemente residentes y no tienen por qué pagar las consecuencias. El consulado, según pudo confirmar este periódico, se ha interesado ya por el problema de estos daneses, pero por el momento no se sabe dónde se han trasladado. Ni ellos ni el resto de las personas que ocupaban el camping.