Provincia

Los accitanos despiden a Fray José María, fundador de los Fossores

  • El fraile falleció el domingo a los 91 años después de una vida dedicada al cuidado de los cementerios · El entierro será hoy a las 11:00 horas en la parroquia de San Miguel

Se va el timón de los Hermanos Fossores que ya sólo quedan en los camposantos de Guadix y Logroño, pero queda su dedicación a la ciudad accitana y a sus seguidores. A Fray José María de Jesús Crucificado le dieron tres meses de vida hace ya catorce años y decidió pasar sus últimos momentos en el cementerio de Guadix en una silla de ruedas, estando siempre al cuidado de Fray Hermenegildo.

En la madrugada del domingo, a los 91 años, falleció, lo que consternó a los accitanos que lo conocieron. El propio alcalde de Guadix, Santiago Pérez, lamentó ayer la pérdida de Fray José María, nacido en La Zubia y fundador de la orden de los Hermanos Fossores de la Misericordia del cementerio de Guadix allá por el año 1953. El entierro se celebrará hoy en la parroquia de San Miguel a las once de la mañana y la misa será oficiada por el Obispo de Guadix, Ginés Ramón García Beltrán.

Para su despedida, la capilla ardiente se instaló en la iglesia aledaña a la casa cueva que habitan los Fossores en el cementerio.

El alcalde de Guadix agradeció a Fray José "sus años de dedicación a Guadix, su gran bondad, su gran solidaridad y una vida dedicada a velar, a cuidar y a hacer todo lo buenamente posible no sólo por los antepasados, sino por esas palabras de aliento que daba a cada uno de los familiares que se acercaban al camposanto".

De hecho, por el cariño que todos los vecinos de la zona le tenían y por su labor de fundador de la orden de los Fossores, el propio alcalde propondrá la celebración de un pleno extraordinario para nombrar a Fray José María hijo adoptivo de la ciudad. También el PSOE mostró ayer sus condolencias por el fallecimiento.

Fray José María de Jesús Crucificado fundó en 1953, en el cementerio de Guadix, la orden de los Hermanos Fossores de la Misericordia, que habitan en el propio cementerio. Se dedican a limpiar el cementerio, arreglar las sepulturas, asistir y enterrar a los fallecidos. A partir de su fundación, en la festividad de la Virgen de Lourdes, la pequeña semilla de esta nueva institución fue creciendo y en pocos años tenía ya siete comunidades, ubicadas en Guadix, Jerez de la Frontera, Huelva, Vitoria, Pamplona, Logroño y Felanitx (Mallorca), aunque sólo se mantiene la de Guadix.

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