Provincia

Más de cinco mil fieles arropan al nuevo obispo en su ordenación

  • Ginés Ramón García Beltrán sucede a Juan García-Santacruz en una abarrotada Plaza de las Palomas, en una misa multitudinaria oficiada por 200 sacerdotes

La Plaza de las Palomas de Guadix se quedó pequeña para albergar la ceremonia de ordenación de Ginés Ramón García Beltrán como nuevo obispo de Guadix-Baza. Desde primeras horas de la mañana, los alrededores del casco histórico vivían un ir y venir de gente constante.

A las once menos cuarto partía desde la Catedral la comitiva de obispos y de sacerdotes llegados desde toda España. Al nuevo obispo se le vio sonriente y entusiasmado saludando a los vecinos accitanos y a los llegados del resto de Granada y la vecina Almería, que le mostraban su ilusión con constantes aplausos.

En total, unos 5.000 fieles llegaron hasta Guadix, dejando sobre la plaza una imagen que pasará a la historia. Durante la ceremonia, que comenzó con la despedida de Juan García-Santacruz, se vivieron momentos emotivos, especialmente el rito de la ordenación del nuevo obispo, que hizo sus promesas. A continuación, se realizó la imposición de manos y la plegaria de ordenación con la unción de la cabeza, la entrega del evangelio, la imposición del anillo y de la mitra y la entrega del báculo pastoral.

En su primer discurso, Ginés García agradeció la misión encomendada y se acordó de sus paisanos de Almería, haciendo especial hincapié en los obispos ordenantes que le acompañaban ayer. La ceremonia estaba presidida por el nuncio del Papa en España, Renzo Fratini, al que acompañaron el arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, y el obispo de Almería, Adolfo González, entre otros. La representación civil también fue numerosa. Acudieron los alcaldes de Guadix y Baza, Santiago Pérez y Pedro Fernández, respectivamente.

Casi una treintena de obispos, dos cardenales y más de doscientos sacerdotes concelebraron la eucaristía de ordenación de Ginés García Beltrán, que se convierte en el obispo número 88 en la sucesión apostólica de Guadix.

Natural de Huércal Overa -hubo allí no pocos paisanos suyos- el ya obispo de Guadix ha conseguido llegar muy lejos en su carrera eclesiástica con sólo 48 años. Ha sido profesor y quienes le han tratado dicen que conoce a la perfección el funcionamiento de la sociedad almeriense.

En sus primeras palabras tras la toma de posesión, y refiriéndose a las directrices sobre las que va a basar su mandato, recordó que ya ha dicho en varias ocasiones que su pilar es Cristo.

" Todo lo que hago es en función de su mandato, porque además creo que es el mejor camino. Sus enseñanzas son de verdad y vida. Cuando uno llega, se asienta en su nuevo lugar, conoce a la gente y luego trabaja realizando sus programas. No voy a hacer mis programas de despacho desde aquí. Eso no tiene sentido. Es necesario visitar las parroquias y estar cercano a la gente. Esta es mi primera pretensión. Luego ya habrá tiempo para conocer cuáles son las urgencias pastorales y qué es lo que prima en esa iglesia. No se puede pensar que llego con las cosas ya hechas. Se trata de una diócesis que tiene 2.000 años y donde no voy a inventar nada nuevo", explicó.

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