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Proyecto Hombre, al frente de retos mayores

  • La organización llegó a la ciudad en el año 200 y desde entonces ha estado al servicio de los granadinos "acompañándoles" en el camino de la desintoxicación

Humanismo en estado puro. Esta cualidad y sensibilidad es la que prima en Proyecto Hombre, donde llevan 17 años acompañando a quienes tienen problemas de adicciones con sustancia o sin ella. "Trabajamos con personas, no con drogadictos o drogodependientes, si no con personas que en un momento de su vida tienen un problema; y lo que hacemos es acompañarles en ese proceso. Les asesoramos, técnica y profesionalmente", matiza Manuel Mingorance, director presidente de la organización. Dar la espalda a las adicciones y tomar las riendas de la vida con fuerza, brindándoles autonomía y reinserción social y laboral, es el objetivo.

Proyecto Hombre basa su metodología en el modelo Biopsicosocial, que entiende que las adicciones vienen causadas por múltiples factores -biológicos, psicológicos y sociales- y no por uno único. Sus centros y programas están en constante evaluación adaptándose a las demandas y a los constantes cambios sociales. De hecho, en la actualidad como apunta Mingorance, "aunque no existe una alarma social como la que hubo en los años 80 con la heroína, hay mucho sufrimiento producido por un consumo muy importante de alcohol, porros y cocaína, y en las mujeres también de psicofármacos". Aunque estas sustancias se banalizan hoy en día, como comenta el director de Proyecto Hombre, y otras parece que se admiten como el alcohol con el que todo se festeja en nuestra sociedad, "generan muchos problemas, ya que la edad de inicio está en los 13 años, y casi un tercio de los jóvenes de entre 13 y 18 años se emborracha. Estos datos son preocupantes", señala y hace alusión a cómo ha cambiado la preocupación de los españoles por la droga, en los 80 el Centro de Investigaciones Sociológicas la situaba en la segunda causa que más inquietud generaba, ahora, esta problemática está en la posición 26.

En el último año, un total de 1.008 personas estuvieron en algunos de los centros de Proyecto Hombre, de los que 728 participaron de forma directa en sus programas y 280 recibieron información. En materia de Prevención Universal y Selectiva fueron 7.293 los jóvenes beneficiarios.

A todo esto habría que sumar las atenciones que se prestan a los familiares y acompañantes que representan más del doble de las intervenciones prestadas de forma directa a las personas usuarias.

Para ayudar a estas personas y desarrollar sus programas de desintoxicación, Proyecto Hombre gestiona cinco centros en la provincia, de los cuales dos están en la capital: el Centro de Tratamiento Ambulatorio de la calle Santa Paula, coordinado por el Centro Provincial de Drogodependencias y el Centro Municipal de Encuentro y Acogida del Ayuntamiento de Granada en la calle Aranda; uno en Guadix y otro en Motril y por último, la comunidad terapéutica de Huétor Santillán. Además, cuentan con 34 trabajadores entre médicos, psicólogos, terapeutas... y disponen de una red de voluntarios que prestan servicios de ayuda a la salida de las drogadicciones.

El apoyo institucional como el que aporta la Diputación de Granada, que colabora con dicha asociación desde hace una década, a través del Centro Provincial de Drogodependencias (CPD), encargado de la gestión del Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones, así como el apoyo social suponen "un reconocimiento a nuestro trabajo desarrollado de un modo muy profesional", sostiene Mingorance, que además señala que en estos 17 años no han parado de crecer y "cada vez asumimos mayores retos gracias al calor de las administraciones que son conscientes de nuestra profesionalidad y humanidad en el desempeño de nuestra función".

Para salir de las adicciones a Proyecto Hombre solo hace falta llegar con "compromiso con uno mismo", el resto es un camino de la mano de profesionales, que puede extenderse en varios años, pero que culmina en éxito en un alto porcentaje de casos. Según Manuel Mingorance "estamos en torno al 85% de altas terapéuticas sin recaídas. Es un porcentaje muy alto" aunque "también hay gente que abandona en el proceso y han quedado sin alta terapéutica pero curados" puntualiza.

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