Los tributos municipales subirán una media del 5% el próximo año. Así lo aprobó ayer el pleno de la corporación municipal, con los votos a favor de PP y Convocatoria por Loja y en contra del PSOE. Una subida que, según el gobierno municipal, está por debajo del IPC acumulado de los dos últimos años, en los que estos impuestos permanecieron congelados.

Suben ese porcentaje, entre otros tributos, el IBI, la tasa de los servicios del cementerio y las de prestación de servicios deportivos y culturales. También sube el coste del suministro de agua. Su incremento medio ronda el 5%, aunque la tarifa de los primeros tramos de consumo permanece congelada. Además, se crea un nuevo bloque que va desde los 21 a 26 metros cúbicos, al igual que ocurre con la tasa de alcantarillado.

El gobierno local dice que pretende así bonificar a las familias numerosas del municipio, ya que, según sus cálculos, en ese tramo es donde está el consumo más numeroso.

Las tarifa que menos sube es la de la regulación del aparcamiento (ORA), que lo hace en un 3%. Permanecen intactas, entre otras, las tasas a la construcción y el impuesto de circulación de vehículos y se suprime la tasa de depuración, aunque su importe pasa a la de alcantarillado. Según explican, se trataba de una tasa injusta, "ya que se aplicaba a todos los domicilios, independientemente de que estuvieran conectados a la red de depuración o no".

Según el gobierno municipal, esta subida de los impuestos municipales se debe a la necesidad de recaudar dinero para sanear las cuentas municipales. La teniente de alcalde de Economía y Hacienda, María Jesús Ruiz, explicó que el déficit acumulado del anterior presupuesto se sitúa en unos 4 millones de euros.

Además, apuntó que los informes de intervención indicaban que "aún con una previsión de que los ingresos iban a subir un 2% íbamos a terminar el ejercicio con un saldo negativo de cerca de un millón de euros". Todo ello, señaló, "hace tengamos la responsabilidad de tomar medidas de ajuste para no generar más déficit".