Una veintena de familias del barrio del Castillo Alto en la localidad granadina de Zagra han denunciado el grave riesgo que sufren debido a los continuos desprendimientos de rocas del tajo sobe el que se asienta, en estado ruinoso, el castillo árabe, declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

Las familias afectadas por los desprendimientos han exigido a la administración competente que proteja las casas cueva mediante la instalación de una malla metálica en el Tajo que retenga las rocas en caso de desprendimiento.

También solicitan que se limpie la zona dada la abundancia de vegetación y maleza que, a menudo, impiden el acceso a los hogares de esta barriada marginal.

Eduardo Álvarez, uno de los vecinos cuya casa ha sufrido diversas roturas en su tejado a consecuencia del golpe de las rocas, ha explicado a Efe que el Ayuntamiento de Zagra ha recogido más de un centenar de firmas, y una memoria valorada de los daños ocasionados realizada por la Diputación de Granada junto a una estimación del coste que supondría proteger las zonas más deterioradas del Tajo.

El alcalde de Zagra, José León, ha cifrado en 120.000 euros dicha actuación y ha asegurado que el consistorio "no cuenta con la suficiente solvencia económica" para afrontar el problema, por lo que ha pedido ayudas a la Junta de Andalucía y al Gobierno central.

León Malagón ha explicado que el Ayuntamiento ha invertido en los últimos años más de 15.000 euros de recursos propios para la limpieza y conservación de los lienzos de murallas del recinto fortificado.

Ha añadido que ya ha puesto el problema en conocimiento de la Subdelegación del Gobierno y de Protección Civil.

Al estado ruinoso en el que se encuentra la fortaleza árabe de Zagra ha contribuido el hecho de que durante muchos años fuera de titularidad privada hasta que el Ayuntamiento lo adquirió hace un par de años.

Los vecinos cuyas casas se sitúan a pie del Tajo mantienen que "la lluvia de rocas" es continua y que más de una ocasión han roto los tejados y se han empotrado en los aseos y dormitorios.

Otro de los afectados, Francisco Coca, que con 30 años lleva toda la vida viviendo en la Acera del Tajo, dice que aunque siempre ha habido desprendimientos, a raíz de las últimas lluvias se producen con más frecuencia.

Los vecinos proponen que la Junta proteja el tajo con una malla y garantice su seguridad cuando duermen o, de lo contrario, les den una casa en el pueblo.

Otra de las intervenciones que exigen las familias afectadas es la tala de árboles, arbustos y chumberas que crecen en sus tejados.

"Con las últimas lluvias, los árboles cortaron el camino y aún están ahí taponándolo", denuncian.