Eva Yerbabuena. Bailaora

"El Generalife es el sitio donde toda mujer tiene mil y un sueños"

Después de tu madre, es la tierra la que te confiere personalidad. Lo dice Eva Yerbabuena, una granadina que en los últimos diez años ha pasado de joven promesa de las tablas a convertirse en una bailaora indispensable de la danza actual. Eva no cree en la casualidad, cree en el destino. Por eso sostiene convencida que estaba "predestinado" que el marco que acogiera la fiesta de celebración del décimo aniversario de su Ballet Flamenco, y a la vez uno de los platos fuertes del Festival Internacional de Música y Danza de Granada, fueran los Jardines del Generalife.

Eso ocurrió el viernes pasado. Antes, Eva Garrido, en su carné de identidad, nacida en Fráncfort en 1970 y criada en Granada desde los quince días de vida, recorrió para RdA el que es para ella uno de los rincones "más mágicos" de la ciudad de la Alhambra: el Generalife, sus patios y jardines, como la escalera del agua y el jardín de la Alberca, donde está tomada esta fotografía. "La primera vez que lo visité fue con mi amiga Eva Vilches, de La Chana [una de las academias con más tradición y arraigo de Granada]. Y ahora, cada vez que puedo vengo por aquí a pasear y a reflexionar".

A Eva le apasionan las leyendas en torno a La Alhambra. A sus 38 años conserva en sus ojos el brillo de una niña a la que le gusta imaginar escenas e historias de sultanes y princesas moras que se buscan por los jardines en los que se escucha el rumor del agua. "El Generalife es el sitio donde toda mujer tiene mil y un sueños. Cuando te cuentan las historias tu imaginación vuela... Hay algo especial, melancólico, que te envuelve, es un espacio que se te queda grabado para siempre. Es un sitio muy romántico". Según Eva, que con sus espectáculos ha podido viajar por todo el mundo, los de fuera miran con la misma admiración a su tierra. "Me dicen que Andalucía es especial, preciosa, pero cuando digo que soy de Granada hay una palabra que siempre se repite: Granada es mágica". Sí y no termina en la Alhambra ni en el Generalife. La ruta de esta bailaora Medalla de Andalucía en 2007 continúa. Con sus amigos, muchos de los cuales le acompañaron al cante en ese especial décimo aniversario de su ballet, como Miguel Poveda, Arcángel o Marina Heredia, sigue redescubriendo rincones. "La Plaza Nueva, el paseo de Los Tristes... ", enumera esta mujer que ante este trío de genios del cante se define como una "cantante frustrada".

En su corazón compite en cariño otra ciudad andaluza monumental: Sevilla. "Allí siempre me han querido y me han dado mi sitio, aunque este año no esté en la Bienal. No es por nada, es que no quiero ponerme pesada y necesito descansar antes de que arranque el nuevo espectáculo: Soledades". Precisamente, cuando quiere estar sola y perderse un poco, Eva se escapa al mar, "a las playas de Cádiz o las de Almuñécar". Aunque este verano no le importaría visitar la Alpujarra granadina y degustar unas "migas de siempre", su plato favorito. El mismo que le devuelve a los sabores de su niñez en la casa de los suyos, en Los Ogíjares, "un pueblo muy pequeñito, aunque ahora ya es un poco más grande" de la vega de Granada. Ésa en la que el agua fluye. Como el baile de Eva Yerbabuena sobre las tablas.

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