El personaje: Rocío Marcos. Directora de la Agencia Andaluza de la Competencia

"Vigilamos el mercado para evitar los abusos"

Un mercado competitivo es aquél en el que las operadoras de móviles no sorprenden con alzas de precios coordinadas, ni los aparcamientos subterráneos cobran por tramos de hora, ni es imposible encontrar un taxi por las noches, ni el precio del pan sube un veinte por ciento por razones poco claras. Vigilar estas prácticas abusivas, que tienen como víctimas a los consumidores, es el objetivo de la Agencia Andaluza de la Competencia, que acaba de nacer con Rocío Marcos al frente.

¿Será el hada madrina de los consumidores?

Eso tiene algo de mágico y yo prefiero hacer una gestión que, de modo realista, contribuya a mejorar las condiciones de funcionamiento de un mercado competitivo.

No hay varita mágica para bajar los precios.

No hay varita mágica, entre otras cosas porque las subidas de precios no siempre son fruto de las malas prácticas, sino de otros factores. Nuestra misión es evitar es que los precios suban por conductas prohibidas.

¿A qué conductas se refiere?

Suponga que varios empresarios adoptan una posición común que para ellos minimiza el riesgo, pero que perjudica a los consumidores. Es lo que ley define como conductas colusorias.

Pienso en mis facturas de móvil.

Cuanto menor es el número de empresas que operan en un sector, más fácil es coordinarse frente al consumidor.

Les prohibieron cobrar por minutos...

Y subieron los precios al mismo tiempo. Es difícil de probar que se pusieran de acuerdo, pero sucede, como puede comprobar usted misma.

¿Por qué es difícil probarlo?

Antes las empresas se limitaban a poner en un papel “no subimos los precios”. Pero ahora los acuerdos se han vuelto muy sofisticados.

Es que son muy listillos...

Francisco Cabarrús, uno de los iluminados del siglo XVIII, explicó la dificultad de introducir el libre comercio en España en que lo que llamó “el interés de unos pocos y la ignorancia de muchos”.

Debe ser la idiosincrasia.

El problema radica en la falta de la cultura de la competencia. Llegas a un pueblo y, con absoluta ingenuidad, te dicen: “Aquí en esta calle no tenemos problema, todos vendemos al mismo precio”.

No se cortan un pelo.

O el típico empresario que comenta: “Lo hemos pasado fatal, porque había una guerra atroz de precios. Pero ahora lo primero que hago por la mañana es llamar a la empresa líder y nos ponemos de acuerdo”.

Lo que yo le digo.

Quienes abusan de esas prácticas deberían saber que son malas para todos, incluso para ellos.

¿Para ellos también?

Si hay un empresario que se espabila, inventa, aplica nuevas tecnologías y consigue optimizar su producción, el consumidor obtiene lo mismo por menos dinero.

¿Y...?

Ello le deja más renta disponible y le permite consumir otras cosas, lo que favorece que haya nuevas empresas, que fabrican nuevos productos. Y eso permite que se cree empleo.

Explicado así, está claro.

Uno de nuestros objetivos es difundir la cultura de la competencia. Creo que si la agencia hace una buena labor puede haber un efecto llamada.

¿Publicarán un portal de precios?

Uno de los problemas del mercado es la falta de transparencia. Queremos sintetizar y simplificar la información al ciudadano, para que pueda comparar.

¿Usted lo hace?

No siempre puedo. Le ocurre a la mayoría de los ciudadanos, porque la oferta es muy amplia y solemos tener poco tiempo. Pero sí conozco los establecimientos que ofrecen una serie de productos más baratos.

¿Se sabe los precios?

De los que más consumo sí. De otros no. Recurro mucho a la práctica de la web y hago la compra por internet. ¡Qué remedio! Me gusta más ir a la plaza.

¿Por dónde empezarán el portal?

Parece obvio que debemos empezar por la alimentación y los productos de primera necesidad, aunque poco a poco avanzaremos hacia sectores más sofisticados, como los seguros de automóviles, por ejemplo.

¿Por qué ha subido tanto el pan?

La Comisión Nacional de la Competencia ha abierto expedientes al respecto y nos ha sugerido que trabajemos juntos. Aunque la subida es generalizada, las asociaciones de panaderos son muy locales.

¿Pero dónde está el origen?

Aún no tengo información. Se ha hablado de la subida del cereal, pero también se ha dicho que ello difícilmente explica una traslación al precio final del pan en un veinte por ciento...

¿Y en el caso de la leche?

Puede que tenga que ver con el cupo de la Unión Europea. Estábamos produciendo más de lo autorizado, de ahí que la leche fuera barata.

¿Será que nos aplasta el peso del euro?

Los ciudadanos tienen la percepción de que la vida se ha encarecido con el euro. Pero el efecto que haya podido causar su entrada en vigor no es directamente imputable a las conductas de los empresarios.

¿No se ha abusado del redondeo?

Quizás habría que haber tomado medidas para evitar los redondeos, aunque yo creo que han sido lo de menos. No creo que en el centimillo haya estado el problema, aunque es una opinión personal.

A lo mejor han sido las propinas.

Algunos que están un poco encerrados en sus despachos y no controlan el menudeo igual se pasan con las propinas.

¿Qué recomienda a los consumidores?

Que se informen y que recurran a la agencia cuando detecten el tipo de subidas anómalas de las que estamos hablando.

¿No teme una avalancha de denuncias?

No me gustaría, porque significaría que hay mucho abuso. Pero queremos que denuncien y darnos a conocer.

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