Zenit-Betis

La ambición del Betis llega a la mismísima Rusia (2-3)

  • El equipo de Pellegrini no olvida sus expectativas europeas y encarrila el pase a los octavos con los goles de Guido, Willian José y Guardado en la primera parte

  • En la segunda supo sufrir ante un Zenit que mejoró con su cambio a zaga de tres

Guardado celebra su gol, el 2-3, ante Willian José.

Guardado celebra su gol, el 2-3, ante Willian José. / Anatoly Maltsev (Efe)

No hay límites ni fronteras para el voraz Betis de Manuel Pellegrini, que también ha sido capaz de ganar en la capital imperial de Rusia para encarrilar ante el Zenit de San Petersburgo su pase a los octavos de final de la Europa League. En los dos primeros tiros entre los tres palos, en los minutos 8 y 18, los verdiblancos ya hicieron los dos primeros goles, de Guido Rodríguez y Willian José, y al filo del descanso, Guardado hizo el tercero después de que los rusos restablecieran el empate con dos tantos en los minutos 25 y 28. El 2-3 satisface a los béticos, que supieron aguantar el arreón de los de azul tras el descanso, cuando su técnico, Semak, acertó con su reajuste táctico y el cambio a defensa de tres centrales.

Además, ese triunfo parcial permitirá a Pellegrini preparar con menos presión la importantísima visita al Sánchez-Pizjuán en la Liga apenas tres días después de que los rusos visiten el Villamarín.

Así en la obrera Vallecas como en el corazón de la Rusia imperial. Así en un modestísimo estadio del sur de Madrid como en el suntuoso coliseo que albergará la próxima final de la Champions. Así en la Copa del Rey como en la Europa League. El Betis, mientras avanza en el importantísimo objetivo que se ha labrado en su imponente Liga, que es acabar entre los cuatro primeros, alimenta partido a partido sus expectativas en los torneos por eliminatorias. Y el hecho de tener a tiro una final copera en La Cartuja, nada menos, no enfría un ápice su hambre de gloria europea. Cómo va a hacerlo un equipo que hoy es pura inspiración victoriosa y que además sabe que la final de la Liga Europa es donde es.

Hasta siete cambios introdujo Manuel Pellegrini en el equipo inicial con respecto al que ganó 2-4 al Levante el pasado domingo. Y entre las novedades, la más simbólica y siempre celebrada por los béticos, la de Joaquín Sánchez.

Y fue el ídolo portuense quien empezó a aclararlo todo con ese privilegiado golpeo de balón que lo distingue desde hace más de veinte años en el fútbol de élite. El central Rakitskyy, un regalo para cualquier equipo con buen ataque y valentía, como es el caso del Betis, empezó su rosario de errores al llegar tarde al corte ante Sabaly en la banda derecha. Joaquín sirvió su enésimo plátano apetitoso y Guido Rodríguez conectó un cabezazo más potente que ajustado que el portero Kerzhakov convirtió en aún mejor (8’).

Antes del primer gol bético ya había avisado Aitor Ruibal con un balón que se marchó por encima del larguero, porque la puesta en escena de los heliopolitanos volvió a ser voraz. Pero en el segundo balón que fue entre los tres palos, Willian José también acertó. Se coló en una rápida acción al primer toque por el pasillo central, que los medios Barrios y Wendel habían dejado expedito, y se plantó en la media luna con todo a favor para elegir un ángulo. Optó por el derechazo cruzado buscando el palo derecho de Kerzhakov y lo encontró.

Pronto se le puso todo muy de cara al Betis, entre otras cosas porque el propio Betis salió dispuesto a forzarlo, como casi siempre con Pellegrini, gracias a su audaz presión.

Pero el Zenit demostró que ahora es un equipo sin rodaje, que acaba de empezar su temporada, pero con calidad en ataque. Y el trabajo del gigante Dzyuba como ariete empezó a desestabilizar el andamiaje verdiblanco. Y a los 25 minutos, una penetración del lateral derecho Karavaev acabó con un cabezazo a placer de Dzyuba, al que Sabaly, que cerraba en el segundo palo con Pezzella más adelante, se quiso encaramar sin éxito.

Ese gol hizo despertar al público local, que llenó la mitad del lujoso Gazpron Arena, y el Zenit se animó bajo el fútbol imaginativo de Malcom. Apareció por la izquierda tras un buen servicio en profundidad de Wendel y batió a Rui Silva por segunda vez.

Ese inexplicable 2-2 en apenas tres minutos dejó al Betis un tanto confundido. Y de hecho Dzyuba pudo hacer el 3-2 si hubiera afinado un segundo cabezazo con todo a favor, esta vez en un centro de Malcom desde la izquierda (36’).

El Betis percibió que por ahí no iba a llegar a ningún sitio bueno y volvió a apretar arriba, donde el Zenit emitía sus peores señales. Y si el Betis se puso 2-3 de nuevo, fue porque de nuevo se lo curró. Y apretó para forzar el regalo ruso. El portero Kerzhakov erró al adelantar la salida de balón al lentísimo y torpe central Rakitskyy, quien perdió la pelota ante Ruibal porque no se atrevió a ir de verdad al cruce porque ya había sido amonestado. Ruibal sólo tuvo que adelantar el balón a Guardado, que alojó el balón en la jaula con serenidad (42’).

Tras el descanso, el partido fue otro porque Semak mejoró a su equipo con dos cambios: Mostovoy por el lateral derecho Karavaev, Krugovoy por el negado Rakitskyy y cambio a zaga de tres al retrasar a Barrios desde la medular.

La pelota la tuvo ya más el Zenit, Malcom tuvo colmillo en todo lo que hizo más volcado a la derecha, pero Álex Moreno estuvo providencial en un par de acciones defensivas y también Pezzella se adelantó al brasileño Yuri Alberto muy al final. Antes, Kuryaev estrelló un balón en el larguero (66’). El Betis tuvo dos llegadas, una de Ruibal por la derecha y otra de Tello por la izquierda. Esta vez Carvalho, que entró por Joaquín, no irrumpió ni el Panda mordió. Por eso el 2-3 supo a gloria a este Betis cuya ambición cruza fronteras. Hasta Rusia llegó.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios