La salud es lo que importa

Dr. Bartolomé Beltrán

Genómica y 'Antiaging'

ACABO de cumplir años ni más ni menos. En consecuencia echando la vista atrás he pensado en el envejecimiento y la Medicina. Por tanto, la medicina genómica aplicada a las terapias antiaging se concibe como la máxima expresión de la atención médica personalizada, que trabaja desde el interior para que los signos exteriores del envejecimiento sean más benignos.

De los 30.000 genes que constituyen la estructura de nuestro genoma, al menos la mitad tienen un papel relevante en el diálogo entre el entorno endógeno (genómica, transcriptómica, proteómica, metabolómica) y el medio exógeno (alimentos, fármacos, tóxicos ambientales). Del equilibrio o desequilibrio entre ambos surgirán las condiciones de salud o enfermedad.

En medicina genómica antiaging no se realiza un examen médico tradicional -aunque incorpora sus controles-, sino una prospección celular, muscular y genética que, sumada a una exhaustiva investigación sobre lo que siente y hace a diario el paciente, permite trazar el plan a medida que lo pueda mantener en forma. Antes de iniciar el tratamiento antiaging son necesarias una serie de pruebas diagnósticas, como análisis de sangre, orina, hormonas o saliva, además de ecografías y radiografías, que servirán para analizar hasta 300 parámetros bioquímicos individuales. Una vez hecho esto se comparan con los de la media poblacional para extraer la edad biológica del individuo.

Para el Catedrático de Medicina Genómica, el Dr. Ramón Cacabelos, sólo conocemos la causa directa del 10 por ciento de las enfermedades, que son las originadas por infecciones y traumatismos. El resto continúa siendo una incógnita. Lo que sí sabemos es que cuantos más defectos existen en el genoma de una persona, antes aparece la enfermedad y peor responde el sujeto al tratamiento. Así, existen genomas más vulnerables que, afectados por factores ambientales adversos, sufren un desequilibrio que se traduce en enfermedades y envejecimiento prematuro.

Pero hay algo más con la Farmacogenómica, es decir, con la creación de fármacos a la medida para cada paciente, la terapéutica sería más potente, más segura y sin efectos adversos, además de tener una acción más rápida y una administración más justa. Con todo podemos asegurar que la implantación de programas de Farmacogenómica en la clínica diaria podría contribuir a reducir daños colaterales en un 30% de los casos y permitiría disminuir el gasto farmacéutico en una horquilla del 15 al 20%.

Así que como he cumplido años me voy a cuidar y procuraré con hábitos saludables evitar caer en la enfermedad porque así seré más barato para el Sistema Sanitario Público, cosa que incluso se puede abaratar más si disminuyo el gasto farmacéutico en un 20% de los fármacos que tome si gracias al perfil genómico compruebo cuáles son ineficaces o contraproducentes. Así me cuido y las Consejerías de Sanidad de este reino de taifas sea cual fuere la que me jubile estarán gozosas de mis ahorros públicos. Seguro.

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