Salud y Bienestar

Mente sana en cuerpo sano, un estilo de vida para la tercera edad

  • Los mayores de 65 años se responsabilizan de su salud y asisten a talleres que estimulen sus capacidades físicas y cognitivas con el objetivo de mantener la autonomía el mayor tiempo posible y estar en contacto con su entorno

19,7%

El término tercera edad hace referencia a la población de personas mayores, no necesariamente jubilada, con 65 años o más. En las últimas décadas, este grupo ha estado creciendo en la pirámide de población debido a la bajada en la tasa de natalidad y la mejora de la calidad y esperanza de vida de muchos países. Según el Instituto Nacional de Estadística, la tendencia para los próximos años apunta a que para el año 2020 la población española de más de 65 años representará el 19,7% del total.

Sin embargo, la longevidad va pareja al riesgo de padecer enfermedades, así como limitaciones físicas y cognitivas. En consecuencia, muchas personas de este colectivo ejercitan su cuerpo y su mente para mantener autonomía personal el mayor tiempo posible. La frase Mens sana in copore sano (mente sana en cuerpo sano) del poeta romano Decimus Iunius Iuvenalis (conocido como Juvenal) cobra toda su fuerza para la salud en la senectud.

Carmen Luna tiene 74 años y ha leído decenas de novelas de Agatha Christie. "Aprendí a leer y escribir cuando era pequeña, me encanta", manifiesta con seguridad desde la silla de ruedas donde descansa. Actualmente, Carmen asiste a variedad de talleres de estimulación cognitiva en la Residencia Manuel Ridruejo de la Federación de Organizaciones Andaluzas de Mayores (FOAM). Según ella, el que más le gusta es el de alfabetización, "mejora mi escritura y me ayuda a eliminar las faltas de ortografías", dice. Además, Carmen lee la prensa diaria y debate sobre las noticas, "me permite estar al tanto de lo que pasa". Vanesa Díaz, trabajadora social de la FOAM explica que "los talleres que se plantean para las personas mayores son tan diversos como manualidades, cine fórum, biblioteca, o musicoterapia, entre otros. El objetivo es estimular la atención, concentración, memorización, razonamiento; así como la comunicación y relación con los demás". Entre las actividades para la memoria a corto plazo, está la realización de un diario de campo en el que la persona describe su día anterior; para la memoria a largo plazo la narración es sobre un acontecimiento alejado en el tiempo, como el día de su boda. Según Díaz, los talleres "aporta gran satisfacción personal a los mayores porque se sienten capaces de poder desempeñar tareas".

María Luisa Fuste tiene 75 años y fue costurera. Sus manos cortaron los patrones de blusas de mujer, hilvanaron los dobladillos de faldas a golpe de rodilla o ajustaron vestidos a las cinturas. Hace seis años dejó de zurcir porque sufrió un accidente cerebro vascular (ictus); enfermedad que las compañeras de su edad coloquialmente conocen como congestión. A ésta afección se suman también otras para las que la tercera edad es un grupo de riesgo: la arteriosclerosis de las extremidades, la artrosis, la artritis, el alzhéimer, el párkinson, la gripe, la malnutrición, la sordera, problemas visuales, la demencia senil y la osteoporosis.

En este sentido, Esperanza Sánchez, enfermera de FOAM, explica que "la nutrición, la higiene, la medicación y la prevención de caídas y escara son fundamentales para el cuidado". En lo que respecta a la alimentación, según la especialista, debe constar de cuatro a cinco comidas diarias, ser variada y respetar las características del paciente. Una ingesta adecuada previene en la anemia, hipertensión, diabetes. etc. Otro aspecto relevante es la hidratación. "Con la edad muchas personas pueden ir perdiendo la sensación de sed y hay que inducirla", resalta la enfermera.

Amparo Petit tiene 85 años y bebe un litro de agua y medio al día. "No suelo tener sed pero me los tomo rigurosamente. Por ejemplo, por la mañana con la medicación bebo dos vasos de agua". Amparo vive junto a su hermana Ana en la Residencia Manuel Ridruejo de Sevilla. Durante toda su vida las hermanas Petit han estado juntas, "mis sobrinos son como mis propios hijos", cuenta la menor; Amparo. Con ese amor que ha caracterizado a las octogenarias Amparo cuida de Ana que padece alzhéimer. "Vigilo que beba, coma... intento que esté bien. Mi hermana ha sido y es una mujer estupenda", comenta.

Así, alimentación y nutrición forman un tándem importante para el funcionamiento del sistema inmunológico. "Si falla la alimentación y la hidratación, en consecuencia, falla la integridad de la piel y la persona mayor puede desarrollar una escara", describe la enfermera Sánchez. La escara se refiere a tejido muerto que se desprende (se muda) de la piel sana y es causada por una quemadura o cauterización. Las consecuencias de ella es que "es que es una vía abierta de infección , y que si no se trata bien puede desembocar, en el peor de los casos, en una infección sistémica", alerta la profesional sanitaria.

Si bien los talleres cognitivos son la cara de una moneda para la salud en la edad provecta, la fisioterapia (comúnmente conocido por los abuelos como la gimnasia) es la cruz. Según el fisioterapeuta, José María Rodriguez, "con ésta conseguimos tonificar los músculos y no perder los arcos articulares que disminuyen con la vida sedentaria. La mayoría de las personas mayores están muchas horas sentadas frente al televisor". Juana Pérez tiene 82 años y realiza el taller de ejercicíos físicos en la residencia de FOAM tres veces a la semana. "Tengo artrosis en la pierna derecha y lo necesito". Según Rodríguez, además de la rehabilitación específica que Juana sigue por su patología concreta, ella hace una tabla de mantenimiento con el grupo de usuarios. "Son tareas sencillas como levantar los brazo, las piernas, etc." Si bien cada persona tiene unas necesidades específicas, el especialista aconseja, sobre todo, andar unos 30 minutos diarios "sin límite de edad para ello. Porque mejora el sistema cardiovascular y nutre los cartílagos de la rodilla. Todos en mayor o menor grado vamos a sufrir artrosis de rodilla cuando seamos ancianos".

En conclusión, traspasar los 65 y vivir saludablemente pese a los riesgos y limitaciones de la edad conlleva una concepción integral de lo saludable. Una definición de salud, que siguiendo la planteada por la OMS, comprenda el bienestar físico, psíquico y social. Todo sea para que aquellas personas que fueron costureras, maestros o amas de casa, continuen disfrutando de la vida. En el caso de Juana "escuchando ópera, dialogando o leyendo a Federico García Lorca que tanto me emociona".

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