Programa de protección ocular

La inmensa mayoría de lesiones oculares de origen laboral se pueden prevenir

El 90% de las lesiones oculares ocurridas en los lugares de trabajo se pueden prevenir. Así lo asegura la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional del Departamento de Trabajo de los Estados Unidos (OHSA), que afirma que para ello sólo sería necesario usar de manera correcta y apropiada los equipos de protección individual o EPI.

Por este motivo, Umivale ha lanzado el manual Protege tus ojos, mira por tu seguridad que recoge las pautas generales para ayudar a las empresas a implantar un programa de protección ocular y evitar lesiones en ojos y cara en los trabajadores durante el desempeño de su trabajo. También se hace un repaso de los factores de riesgo que pueden afectar a la visión y los equipos de protección necesarios según el trabajo que se desempeñe.

Tal y como recoge la guía los protectores oculares deben utilizarse cuando al realizar la correspondiente evaluación de riesgos del puesto de trabajo exista probabilidad de sufrirse una lesión ocular o facial que pudiera ser minimizada o prevenida mediante el uso de este tipo de protección. En estos casos, la empresa debe disponer de protectores oculares y faciales para que lo utilicen los trabajadores en el desarrollo de sus tareas. Y por su parte los trabajadores tienen la obligación de utilizar estos EPI entregados por la empresa.

Cuando en el desarrollo de sus actividades los trabajadores de la empresa deban proteger los ojos o zona facial, o se produzca una elevada siniestralidad derivada de este tipo de accidentes en la empresa, como medida de control y mejora, se puede implantar un Programa de Protección Ocular. Además, como afirma el documento de Umivale, los riesgos en el puesto de trabajo deben ser eliminados o minimizados en su origen tanto como sea posible. Es decir, los EPI no son sustitutivos de otras medidas (como las de tipo colectivo) que se deben adoptar previamente para eliminar o minimizar los riesgos.

La ventaja de implantar un Programa de Protección Ocular es que a través de él se identifican los posibles factores de riesgo oculares o visuales para así eliminarlos o controlarlos. Como afirma la guía, hay que recordar que para ello el uso de protectores oculares debe ser la última opción. Además se acata el cumplimiento normativo de la ley de prevención de riesgos laborales (Ley 31/95) y conlleva ventajas económicas, ya que si disminuyen los accidentes, como consecuencia se reducen los costes y aumenta la productividad.

Finalmente la guía también subraya la importancia de los reconocimientos médicos laborales que son, por una parte, un derecho de los trabajadores, y por otra, constituyen una medida de prevención encaminada a evitar daños en el trabajador derivados de su trabajo. Por tanto, es fundamental por parte de las empresas garantizar una adecuada vigilancia de la salud de los trabajadores, donde en función de los riesgos a los que se encuentren expuestos, y los protocolos médicos a adoptar en cada caso, se pueda llevar a cabo una revisión de la visión, con el objetivo de realizar un seguimiento de su salud visual. Es lo que hay. Seguro.

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