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La amenaza cotidiana de una alergia alimentaria

  • Una nueva publicación impulsada por pacientes quiere evitar que un acto tan placentero como comer resulte más complicado y peligroso de lo que debiera.

La calidad de vida de las personas que sufren una alergia alimentaria se ve tremendamente afectada. La voluntad puede ayudar a controlar lo que uno come, pero el entorno en ocasiones complica las cosas.

"Hay medidas que se pueden tomar, pero muchas veces la reacción alérgica no viene por la ingesta directa. Puede venir por un beso de una persona que acaba de consumir el alimento, el contacto por la manipulación de un producto, etc...", explica Nuria Miguel, miembro de la junta directiva de la Asociación Española de Alérgicos a los Alimentos y al Látex (Aepna).

Nuria Miguel ha sido la coordinadora de la segunda edición del libro Alergias alimentarias, ¿y ahora qué?, publicado por dicho colectivo de pacientes en colaboración con el Instituto Tomás Pascual Sanz y presentado ayer. Se trata de una actualización de este manual, nacido como una primera aproximación a la enfermedad, para concienciar a la gente de la importancia de este trastorno, hacia una mejor integración de los colectivos alérgicos.

Según Nuria Miguel, "mucha gente identifica las alergias con otros problemas como la celiaquía; cuando en realidad muchos alérgico sufren un riesgo muy alto y su entorno directo se ve muy afectado". Son muchas las precauciones que hay que tomar: un alérgico al huevo no puede usar una plancha en la que se haya cocinado este alimento (lo que llaman contaminación cruzada); en el caso de los niños hay que extremar cuidados en el colegio o en su entorno de amigos; hay que vigilar con lupa el etiquetado de muchos alimentos no siempre redactado pensado en los afectados, estar atentos en los restaurantes, etc... "El libro pone a disposición de los enfermos alérgicos a los alimentos un instrumento de fácil consulta, para evitar que un acto tan cotidiano, necesario y gratificante como comer resulte más complicado y peligroso de lo que debiera", afirma Ricardo Martí Fluxá, presidente del Instituto Tomás Pascual Sanz.

Desde el punto de vista científico, el libro cuenta además con el aval de dos grandes sociedades médicas directamente especializadas en este problema: la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic) y la Sociedad Española de Inmunología Clínica y Alergología Pediátrica (Seicap).

Desde el punto de vista de la actividad de las asociaciones, Nuria Miguel explica que en España "no hay una cultura sólida de asociacionismo" y sostiene que su motor principal es la autoayuda, las redes de apoyo mutuo, que permiten que las personas afectadas se sientan respaldadas y comprendidas entre sus semejantes.

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