La sicodanza es una técnica psicoterapéutica que utiliza el cuerpo y el movimiento como vehículos comunicacionales y la música como soporte de dicha comunicación. Al eliminar la comunicación verbal, la persona tiene que prestarle mayor atención a su cuerpo y lo pone en actividad. Amelia Coppel lleva ocho años en Sevilla y desarrolla su trabajo en el centro Alea, en la Alameda de Hércules, donde realiza sesiones vivenciales. Lo vivencial se enfoca hacia la dinámica de grupo aquí y ahora. Es decir, no cuentan nada de su vida. Se trata solamente de experimentar a traves de la danza las situaciones que surgen en el grupo.El compromiso es mucho menor y en principio es una experiencia lúdica con un número no superior a 20 personas, para que el proceso se enriquezca con la interacción de todos. El terapeuta se encarga de dirigir desde fuera y observar, pero los pacientes resuelven la situación, ya que siempre, después de la sesión, se conversa para conocer. "Hay gente que viene y te dice lo que le pasa, otra no lo sabe. Nosotros nos fijamos menos en lo que dicen y sí en lo que hacen". "Si le preguntas a alguien que te defina la tristeza, te dirá lo que es para él. A las palabras les asociamos imágenes, que son diferentes para cada uno. Nosotros hacemos que lo escenifique, que cree una imagen para saber qué significa para la persona", explica Amelia Coppel, que se declara una apasionada de su trabajo, que considera muy creativo.