Salud y Bienestar

Durante el embarazo la salud es una cuestión de tres

  • Revisiones médicas, alimentación sana, ejercicio físico y armonía son ingredientes para un embarazo saludable · Las parejas trabajan a una por el bienestar físico, psicológico y social de la madre y del bebé durante su vida intrauterina

El embarazo es un periodo de enormes cambios físicos y psicológicos para la mujer pues su cuerpo nutre y permite el desarrollo del feto. Además del control médico periódico de la salud de madre e hijo, ella debe adoptar hábitos saludables así como algunas precauciones básicas, evitando exponerse a sustancias y agentes perjudiciales. Alimentación sana, ejercicio físico y bienestar afectivo abanderan los nueves meses de gestación.

Comer de forma saludable es siempre importante. Según el doctor Rafael Torrejón, director de la unidad de gestión clínica de obstetricia y ginecología del Hospital Universitario Virgen del Rocío, Sevilla, "una mujer embarazada a partir del segundo trimestre necesita aproximadamente 300 calorías diarias más, aunque debe desecharse el viejo mito de comer por dos". La dieta equilibrada requiere ingesta de frutas, verduras, pan integral y productos lácteos de bajo contenido en grasa.

El especialista señala que "la alimentación debe tener aporte suficiente de calcio; hierro, 30 microgramos al día, para facilitar la síntesis de hemoglobina, el componente de los glóbulos rojos que transporta oxigeno a las células; y ácido fólico, se recomienda la toma de un suplemento diario de 400 microgramos de éste además del ingerido por la dieta". Según Nuria, que tiene un hijo de cuatro años y ahora está embarazada de 34 semanas, "del primer al segundo embarazo he aprendido a no cometer errores en la alimentación, es verdad que tienes más apetito pero hay cosas que comes y te dan ardores. Intento evitar los alimentos con grasas".

Susana será madre primeriza y desde que está embarazada ha aumentando su ingesta de carbohidratos y de calcio, "por lo demás siempre he llevado una alimentación sana de cinco comidas diarias, con abundante ingesta de frutas y verduras", dice. Además, ella practica ejercicio físico regularmente, tres veces a la semana bicicleta, y dos pilates.

A menos que exista una razón médica que lo desaconseje, "las mujeres embarazadas pueden y deben hacer ejercicio físico moderado al menos durante 30 minutos al día durante todo el embarazo", explica el doctor Rafael Torrejón. El ejercicio físico contribuye a impedir ganancia de peso excesiva, mejora la calidad del sueño y contribuye a reducir algunos problemas relacionados con el embarazo como dolores de espalda, piernas hinchadas y estreñimiento. Además, "tiene efectos adicionales como ayudar a evitar la diabetes gestacional, un tipo de diabetes que se puede desarrollar durante el embarazo", destaca el ginecólogo.

Las actividades de bajo impacto y moderada intensidad (andar, nadar) son las adecuadas para la embarazada, pero debería limitarse el ejercicio aeróbico de gran impacto y evitar los deportes o actividades que conllevan riesgos de caídas y/o lesiones abdominales y los deportes de riesgo.

En los talleres de educación maternal y preparación al parto que se imparten en el centro Cemar, las embarazadas practican ejercicios circulatorios, de pelvis, de columna, de abducto, de resrefuerzo muscular de la cabeza y de los hombros para el pujo y expulsivo, entre otros. "Los ejercicios del pecho y los circulatorios son especialmente importantes porque evitan que salgan luego varices", expone la matrona Amalia R.L.

En estos talleres los padres pueden trabajar desde una dimensión teórica y práctica todos los condicionantes biológicos, psicológicos, incluso sociales, que envuelven unos de los momentos más especiales de una pareja: el nacimiento de su hijo. En el trabajo psicoafectivo durante el embarazo se aconseja al padre y a la madre que interactúen con el bebé pues permite el desarrollo del individuo en su vida intrauterina. Hablarle, ponerle música, acariciar la barriga son algunas de las propuestas. Según Pablo, pareja de Susana, "el hombre también se embaraza y aporta durante los meses de gestación en el sentido de que cuidas más a tu pareja, estás más sensible, intentas ser más paciente y detallista. Nosotros estamos viviendo el embarazo con mucha ilusión", describe.

En los últimos años, algunos estudios han referido que un estrés intenso durante el embarazo, podría tener repercusiones fetales ¿significa esto que las madres son responsables de sufrir estrés y de trasmitirlo a sus bebés?, "por supuesto que no. Como mucho se puede ser consciente de que el propio bienestar de la mujer, mejorando en la medida de lo posible su estilo de vida contribuirá al bienestar del embarazo y del feto", explica el ginecólogo.

Una de las consecuencias del estrés materno intenso es la mayor posibilidad de partos prematuros y bajo peso al nacer, que se ha atribuido al aumento en la madre de hormonas relacionadas con el estrés (cortisol). Según el doctor Torrejón, " la mayoría de la veces la situación de estrés depende de circunstancias externas y la incidencia de estos efectos sobre el feto no se ha demostrado que se deba exclusivamente a éste por lo que ello no debe ser una fuente de angustia que aumente aun mas el estrés materno".

Agustín y Carmen están esperando su primera niña. "Estoy de reposo porque tuve unas contracciones debido al estrés laboral. A veces piensas que puedes con todo pero hay un momento en que tu cuerpo y tu hijo te dicen que tienes que parar". En la actualidad ella está disfrutando más de su embarazo, y su pareja, Agustín, cuida de que esté relajada, tranquila y no tenga que moverse mucho.

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