Bonaventura Clotet. Director del Instituo de Investigación del Sida Irsicaixa

"Hay que reconocer a quienes aportan dinero para investigar la vacuna del VIH"

  • Acaba de acoger en Barcelona a los mayores expertos en la búsqueda de la esquiva vacuna contra el VIH Aunque no sabe cuánto se tardará, no duda de que se acabará consiguiendo

El director del Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa y codirector del proyecto HIVACAT acaba de acoger en Barcelona a los mayores expertos en la búsqueda de la vacuna contra el VIH. Aunque no sabe cuánto se tardará, no duda de que se acabará consiguiendo. Eso sí, la financiación es imprescindible y nada se logrará si no se reconoce la labor de las empresas que colaboran.

- Pregunta inevitable: ¿cuánto tiempo falta para que se consiga una vacuna contra el VIH, sea terapéutica o preventiva?

-Antes hay que preguntarse cuánto tiempo queda para que haya una prueba de concepto, una evidencia de que una vacuna puede provocar respuesta celular [que haga a los linfocitos destruir a las células infectadas] y humoral [que genere anticuerpos neutralizantes]. Este segundo aspecto es básico para una vacuna preventiva y el primero para la terapéutica. En el IrsiCaixa ya tenemos modelos buenos de respuesta celular, que se podrían trasladar a humanos en dos o tres años. Entonces se vería si destruye a las células escondidas, las más difíciles de atacar [el reservorio del VIH]. Si no se consigue, se puede intentar con una sustancia, la vomidoxina, que despertaría al virus de las células latentes y así podría ser atacado por los linfocitos. Yo calculo que en entre tres y cinco años podríamos tener en marcha estudios amplios con una vacuna terapéutica. A partir de dicha inmunización, habría que estudiar la respuesta humoral e ir a por la preventiva, pero esto yo lo veo a muy largo plazo.

-Hace cuatro años, se presentó el ensayo RV144 y se dijo que por primera vez se había conseguido una vacuna preventiva contra el VIH ¿qué ha pasado desde entonces?

-Esa vacuna protegió a un 31% de los participantes, una cifra que no es suficiente. Pero a partir de ella, hemos aprendido mucho, como que, en las personas protegidas, no se desencadenaron anticuerpos neutralizantes. En la historia, las mayoría de las vacunas han funcionado sin saber al principio muy bien cómo.

-¿Cuáles son los avances presentados en este congreso?

-Uno de los problemas con la vacuna es el vector que se utiliza para introducir el virus. En este congreso, ha habido muchos avances en este sentido, como los resultados preliminares de una vacuna que utiliza un virus que casi todos tenemos y somos capaces de controlar, el citomegalovirus.

-Si la vacuna preventiva parece tan complicada y se está avanzando en el acceso universal a los fármacos que controlan el VIH ¿por qué tanto empeño en seguir buscándola?

-Hay que tener en cuenta que en África queda siete millones de personas que no reciben antirretrovirales. Además, muchos de los que se tratan no reciben los medicamentos más óptimos y esto puede influir en la epidemia. En cualquier caso, veo más fácil que se avance hacia la vacuna preventiva tras conseguir la prueba de concepto de la terapéutica.

-¿Qué papel juegan en la investigación de la vacuna los llamados controladores de élite, aquellas personas que, a pesar de estar infectadas por el VIH, no desarrollan la enfermedad sin necesidad de tratamiento?

-Son modelos importantísimos, para determinar los inmunógenos que hay que incorporar a la vacuna. Con ellos, se ve la respuesta citotóxica, es decir, se ve contra qué parte del virus actúan las defensas de estos individuos. Con estos datos, nosotros hemos conseguido desarrollar un inmunógeno muy prometedor que se ha presentado en este congreso.

-A pesar de los avances que se han presentado en este congreso, la crisis debe de haber afectado al desarrollo de la vacuna...

-Sin duda. Por eso hoy es más necesario que nunca el reconocimiento público a la filantropía. Hay que convencer a las personas y empresas con dinero para ignorar el estigma de invertir en investigación del sida, que no es de un grupo marginal. Hace 20 años, la Fundación la Caixa y el Gobierno de Cataluña hicieron posible el instituto de investigación que dirijo y hace siete años esta misma entidad y laboratorios Esteve apostaron por la creación del programa HIVACAT.

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