Testimonios

“Somos una sociedad mejor, más concienciada, solidaria y más fuerte”

  • La voz de los protagonistas de la crisis sanitaria: Rut SuÁrez Corrales, médica de familia en el centro de salud de Lebrija

Además de ser médica de familia en el centro de salud de Lebrija, Rut Suárez es activista en Marea Blanca en Sevilla y en la coordinadora antiprivatización de la sanidad. La verdad, cuenta, que cuando el virus llegó a Italia, "el personal sanitario en general teníamos las orejas tiesas, porque llegaban noticias muy alarmantes de casos graves y hospitales colapsados, pacientes que fallecían porque no había camas de UCI para todos".

Ella misma tuvo un cuadro a finales de febrero y estuvo muy preocupada porque no suele ponerse enferma, aunque estén rodeados de gripe y neumonía. "La última semana de febrero empecé con los síntomas que ahora sabemos típicos (tos seca, malestar, dolor de cabeza, algo de fiebre, sensación de falta de aire, cansancio y debilidad muscular)". La verdad, reconoce, es que "entré en pánico pensado que podía haberme contagiado y en todas las personas que podría contagiar yo misma: mis pacientes, y sobre todo mi familia... fue muy agobiante".

En aquellas fechas, en España, por muchos síntomas de COVID-19 que hubiera, y aún siendo sanitaria, no se consideraba caso posible si no se cumplía el criterio epidemiológico de entonces (haber estado en contacto con alguien de Italia o Wuhan). En su caso la idea de que pudiera estar infectada se descartó por eso. "A mediados de marzo entramos en un escenario de transmisión comunitaria sostenida generalizada, con lo que finalmente estaba indicado y me hicieron la PCR (test de detección de virus en vía respiratoria) que resultó positiva". Por suerte no contagió a ninguno de sus pacientes ni compañeros, pero está segura que casos como el suyo hubo muchos más, la prueba es el alto porcentaje de profesionales de atención primaria afectados y fallecidos, mayor que el de atención hospitalaria.

En primaria, lamenta Suárez, llevan años en precario, con falta de financiación y personal. “Nuestra carga de trabajo está siendo inmensa y fundamental en el control de la epidemia, pero siempre somos invisibles a los medios y los gestores. Aunque hemos tenido mucha asistencia telefónica, todos comentamos sentirnos agotados al final de la jornada, mucho más que haciendo consultas presenciales”.

Con los últimos estudios sabemos más del virus: que el porcentaje de casos leves y asintomáticos es alto (80-85%) y que la inmunidad que generamos parece eficaz y duradera, al menos unos meses. La mayoría de la población está muy concienciada con el distanciamiento social, el lavado de manos y el uso de mascarillas. En marzo, recuerda, "la situación nos pilló por sorpresa e ingenuamente pensábamos que a nosotros no nos podía pasar una desgracia como las que ocurren en otros países. En dos meses ha cambiado todo. Tengo la esperanza de que las siguientes olas de epidemia sean más llevaderas y menos mortíferas".

En todo caso, gracias a las medidas llevadas a cabo y, sobre todo, al sentido de la responsabilidad con el que en general ha respondido la sociedad, en Andalucía la situación ahora mismo está controlada.

"Estoy muy orgullosa de que hayamos luchado juntos como sociedad para superar esta crisis sanitaria”

La mejora y prevención de una situación parecida como la que estamos viviendo, insiste Suárez, pasa por "fortalecer con medios materiales y humanos la sanidad pública, especialmente la atención primaria". La doctora cree que, desde el punto de vista sanitario, ha pasado lo peor y, aunque desgraciadamente hay que lamentar la pérdida de vidas, muchas sin poder despedirse de sus seres queridos, "hemos aprendido mucho y tengo la esperanza que próximas olas sean menos severas". En todo caso, apunta, "estoy convencida de que somos una sociedad mejor, más concienciada, más solidaria y más fuerte. Ojalá nuestros gobernantes hayan aprendido también la lección".