PREGÓN DE LA SEMANA SANTA 2022

Julio Cuesta: “Mi Pregón ha evolucionado hasta hacerse más reflexivo, íntimo, comprometido”

  • Será este 2022 cuando, definitivamente, anuncie a toda Sevilla que faltan siete días para el Domingo de Ramos

  • El Palquillo ofrece el domingo 3 de abril la retransmisión en directo del Pregón de la Semana Santa de Sevilla 2022

Julio Cuesta, pregonero de la Semana Santa de Sevilla 2022 / José Ángel García

Las pastas de su Pregón tienen fecha de 2020, año en el que debió pronunciarlo desde el atril del Teatro Maestranza si no llega a ser por la pandemia que todavía nos acompaña. En 2021 participó en un homenaje al Pregón de la Semana Santa, en la segunda cuaresma sin procesiones a la vista. Será este año cuando, definitivamente, anuncie a toda Sevilla que faltan siete días para el Domingo de Ramos.

Julio Cuesta, Doctor en Sociología, fue director de Relaciones Externas de la Sociedad Estatal de la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Ese mismo año fue designado director del Pabellón Cruzcampo de la Expo 92, quedando vinculado desde entonces a este grupo cervecero. Ha sido Director de Asuntos Corporativos en el Grupo Cruzcampo y Director de Relaciones Institucionales de HEINEKEN España. En 2012 asumió la Presidencia y desde 2019 es Presidente de Honor de la Fundación Cruzcampo.

En el ámbito cofrade es hermano de la Pura y Limpia del Postigo, a la que dirige sus oraciones, también lo es de la Sacramental del Sagrario, además de las penitenciales de Silencio, Baratillo y Gran Poder. En estas dos últimas saldrá de nazareno este año.

- ¿Cuáles son sus primeros recuerdos de la Semana Santa de Sevilla?

Mis primeros recuerdos están siempre en el barrio del Arenal. Está muy cerca la Avenida, y la carrera oficial se vivía de niño plenamente. Por orden de proximidad, la calle Arfe representó mucho en mi vida. La esquina de Arfe con Varflora era casi el palco que tenía en mi niñez para ver las cofradías que por allí pasaban.

Esto lo he dicho en alguna ocasión, incluso cuando tuve que hacer recuerdo de mi vinculación con la Macarena, confesé que ir a ver a los armaos a la calle Feria era como salir lejos, muy lejos… La sensación esa era porque todo lo que había vivido lo tenía cerca de casa, en el barrio.

- El mundo que nos rodea ha cambiado mucho estos dos años, ¿qué queda de aquel primitivo Pregón que escribiese en 2020?

Queda la ilusión, queda el archivo al que recurrir, queda el archivo de la memoria y de los recuerdos, y también el corazón, que estaba metido en ese archivo, y pocas cosas más. En aquel pregón había mucha candidez y una cierta inocencia que con lo que nos ha ido pasando estos años he ido perdiendo poco a poco para hacerlo más reflexivo, probablemente más íntimo, más comprometido, procurando que el pregón no quede en sí, sino que tenga cierta transcendencia, que cause una cierta provocación hacia el futuro.

- ¿Ha llegado a soñar con el Pregón o a tener pesadillas?

No he tenido ninguna obsesión, ni he soñado, ni tampoco he tenido ninguna pesadilla… que hubieses sido natural. Es verdad que cuando me he despertado temprano siempre ha rondado algo en la cabeza, que tenía que ver con el pregón, pero siempre he tenido la esperanza de que algún día se celebraría. No voy a decir que tuviera la confianza, pero el propio Consejo me alentaba: No te preocupes, Julio, que vamos ‘palante’. Esa confianza me deshizo de una inseguridad muy peligrosa en ese momento, que ya experimenté en los días previos a la cancelación del pregón.

Cuando el presidente del Consejo me llamó para decirme que no se iba a celebrar el pregón, tuve un sentimiento doble: uno de alegría, porque se estaba tomando la iniciativa con prontitud, de coger el toro por los cuernos, y aquello me produjo satisfacción, y que lo hiciera el Consejo más todavía, porque demostraba que el mundo de las hermandades de Sevilla está siempre en vanguardia; y la otra sensación fue la de salir de una incertidumbre monstruosa que tenía aquellos días, porque estaba con el pregón en las manos, pero a la vez la certidumbre de que aquel pregón no iba a cuajar. Salí de aquello y empezamos una nueva etapa.

- Antes de suspenderse el acto del Pregón, pasaron unos días de incertidumbre... ¿Se planteó pronunciar el Pregón de otra manera, en otro formato?

Me lo planteé y me hubiera opuesto. Ha habido otros sitos, por ejemplo en Cádiz, que se celebró el pregón a pesar de que el propio pregonero no estaba de hacerlo, y de hecho no lo hizo. Yo siempre he defendido que el pregón es el anuncio, la exaltación, el elogio, el reclamo, de algo que va a ocurrir.

- En 2019 pronunció el pregón de los Armaos de la Hermandad de la Macarena, ¿Le hubiese gustado salir de 'armao' una Madrugada?

Hubiese sido una buena experiencia, ser parte de esa nube que acompaña al Señor. Sí puedo decir que aquella aproximación que hice a la Hermandad de la Macarena, y a los armaos, me hizo sentirme 'armao'. Tanto me hizo sentirme 'armao' que creo que hay un pasaje en el pregón en el que me refiero a un 'armaito' pequeñito, que era mi nieto. Descubrí ese mundo de los armaos, de solidaridad, de cariño, de compañerismo y de familiaridad que hay entre todos ellos. Hay un ambiente verdaderamente admirable, donde funciona mucho el ingenio, donde son verdaderamente una centuria romana, y que funciona como una cuadrilla de costaleros.

- No sé si recuerda que Carlos Colón, pregonero de la Semana Santa en 1996, intentó llevar a los Armaos a su Pregón, ¿Se ha planteado hacer algo parecido o innovar de alguna otra manera en su Pregón?

Bueno… tendría que darle muchas vueltas. A ver si los armaos encajaban, o al menos una guardia de armaos pudieran caber en ese escenario. Yo nunca he estado cerrado a la innovación, de hecho he estado abierto siempre a cambios, porque creo que nada es estático en la vida. Todo cambia, todo evoluciona. Pero alrededor del pregón hay algo que probablemente es lo primero que debemos tener en consideración: el pregón es un género literario, que ha adquirido carta de naturaleza profundísima y amplísima en Sevilla. Yo creo que debemos respetar ese formato, sino pasaríamos a otro formato que sería otra cosa. Sería un espectáculo, una gala, o algo así, donde encajara cualquier cosa: un audiovisual espectacular; se pueden hacer cosas con una orografía maravillosa en el escenario; se puede hacer que la gente viva con el metaverso metido dentro de un palio o debajo de un paso… Todo eso se puede hacer, pero estamos hablando de otra cosa ya, no estamos hablando del pregón, que es una pieza literaria de primer orden, que tiene sus características y yo creo que hay que respetarlas. Esas características van indisolublemente unidas entre la lírica, el relato, un punto bastante alto de misticismo y la oratoria.

Julio Cuesta, pregonero de la Semana Santa 2022 Julio Cuesta, pregonero de la Semana Santa 2022

Julio Cuesta, pregonero de la Semana Santa 2022 / José Ángel García

 - ¿Qué debe tener un Pregón para llegar a todos los cofrades?

Un pregón tiene que ser verdad. Donde coincidimos los seres humanos es precisamente en el lenguaje del corazón, y el lenguaje del corazón no engaña, eso lo sabe todo el mundo. Si en un pregón hay corazón, quiere decir que hay verdad, y le llega a todo el mundo.

- ¿Qué marcha resume para Julio Cuesta la Semana Santa de Sevilla?

Muchas y dependiendo de la ocasión, pero hay una, que será la marcha que he elegido para el día de pregón, que es Corpus Christi, que aúna muchas características: una de ellas es emocional, para mí es la marcha de mi infancia, de mi niñez; es la marcha que va detrás de la Custodia, el día del Corpus; es la marcha que resume bastante algo que hay en esta casa, que es una gran devoción en la eucaristía; una marcha que combina perfectamente la banda de música con las cornetas y tambores; y es una marcha marcial, muy militar en el mejor sentido de la palabra, que es efectivamente lo que debe ir detrás de un paso.

 - ¿Quién estará en el pensamiento y en el corazón del pregonero este domingo?

En el corazón del pregonero van a estar mis padres, sin duda ninguna. Ellos se sentirán muy orgullosos, primero porque eran dos personas muy cariñosas, tenían a Sevilla dentro, y para ellos sería un motivo de orgullo que su hijo tuviera la oportunidad de compartir con Sevilla sus sentimientos. Y algún amigo del alma que me falta… Pero que como creo y sé que sus almas está en conexión con la mía, creo que van a estar mucho en lo que yo diga y voy a recibir mucho de lo que ellos sienta, y creo que se me va a notar… Ahí está el lenguaje del corazón.

- ¿Qué le parece lo de los númerus clausus para limitar el número de nazarenos en las procesiones de Semana Santa?

Así planteado me parece fuerte, yo creo que lo que tenemos que hacer es un ejercicio de racionalización. Si yo tengo una cofradía que ha crecido desorbitadamente y excede en el tiempo de paso que permitiría un devenir de ese día razonable, creo que es cuestión de plateárselo. Se ha generado un problema, vamos a intentar resolverlo. Yo creo que por ahí es por donde habría que empezar. Yo tengo una librería, y si quiero meter más libros ¿Qué hago?, tendré que replantearme la librería.  Creo que como todo en la vida es cuestión de mucho diálogo, de hablarlo y plantear fríamente primero el problema y segundo las soluciones. El diálogo tiene que ser generoso, no puedo decir ‘como yo tengo este tiempo de paso tradicional… pues esto no me lo toca nadie’. Tenemos que tener en cuenta también que hemos generado una Semana Santa tan espectacular, tan majestuosa, de tal dimensión, que eso no se puede frivolizar. Hay que plantearse globalmente qué es lo que queremos que se mantenga de este gran monumento, teniendo en cuenta que los tiempos aquí no son los que gobiernan nuestra vida, sino que son más largos. En ese sentido tampoco hay que tener prisa. Probablemente hoy tengamos un problema de un día concreto, que no tiene por qué ser un problema global de la Semana Santa. Tenemos algo que es absolutamente empírico: la Semana Santa de nuestros días es el resultado del acomodo, de la innovación y de la adaptación de muchos años.

 - ¿Se frivoliza mucho con la Semana Santa?

Todo esto se puede resumir en una frase: No podemos confundir los números enteros con los decimales. En cosas de tal magnitud, yo prefiero siempre hablar de números enteros, y no de decimales. Porque resulta que hablando de decimales estamos convirtiendo la anécdota en categoría, y tendría que ser al revés. ¿Por qué no ocurre eso? Pues probablemente porque se necesita más formación, más consciencia, más difusión de lo que significa una hermandad, una cofradía… la implicación que tiene el hermano en la cofradía… y yo voy más, lo que significa el mundo de las hermandades y cofradías para esta ciudad, que es un catalizador de sentimientos, un movilizador de todos los recursos de la sociedad, verdaderamente admirable, desde los espirituales hasta los económicos, hasta los urbanísticos. Yo creo que eso hay verlo así, y tenemos que hacer un esfuerzo todos. Las hermandades tienen la responsabilidad de liderar ese movimiento.

Estamos en un momento mejor ahora de lo que hemos estado en los últimos años; de más consciencia del valor de la religiosidad popular. Ya hay un sacerdote de Sevilla, amigo nuestro, amigo de mis hijos, que está escribiendo una tesis doctoral en la Pontificia Universidad Gregoriana, en Roma, sobre la religiosidad popular. Bueno, eso no se había hecho antes… Incluso ya en la propia jerarquía de la Iglesia se le está prestando mucha atención y mucha preocupación al valor evangelizador  y pastoral que tienen la religiosidad popular. Luego, creo que estamos en un buen momento para ir abandonando los decimales y hablar de los números enteros de esta operación que tenemos entre manos.

- Como ex-tesorero del Consejo de Hermandades, debo preguntarle por la eliminación del IVA para los abonados de la carrera oficial... ¿Cuál es su opinión?

De momento creo que la administración pública debería haber tenido en consideración de que las procesiones en la calle todo lo que conlleva es un acto de culto que no debe estar gravado, eso para empezar. Como eso no se hizo, por los intereses que fueran, yo creo que ahí todos somos culpables. La administración por haberlo hecho, y quizá nosotros. Digo nosotros, no el mundo de las cofradías, sino todos, la sociedad, que no hemos sabido defender bien la importancia que tiene un acto de culto.

Yo creo que ha sido bienvenida la decisión y que hay que seguir insistiendo en eso, que es una manifestación del corazón de la gente alrededor de la Semana Santa, que no es un espectáculo público, que no es la utilización de un espacio público para un espectáculo, sino que se asiste a un acto que es una estación de penitencia a la Catedral. Eso es un argumento que habrá quien lo compre y quien no lo compre, pero que nosotros los cofrades, y los sevillanos, tenemos la obligación de defender.

Aquí se dan excepciones fiscales para cualquier cosa, para una regata, por ejemplo. Está muy bien, yo no tengo ningún problema de que haya una ley de beneficios fiscales que se pueda aplicar en circunstancias excepcionales, pero esto tiene una densidad y una profundidad en el alma de una ciudad que no se puede considerar un objeto de tráfico comercial como otro cualquiera.

- Y de la reforma de la carrera oficial, qué piensa?

Tenemos que admitir la evolución como parte de la vida misma, y que cuando surgen dificultades pues hay que hablar e ir encontrando las soluciones, entre todos. Aquí no hay nadie que imponga nada. Se tiene la tentación de decir: esto es el Consejo. El Consejo es el consejo de administración de una junta general de accionistas que componen todas las hermandades y cofradías de Sevilla, y ahí es donde tiene que estar de verdad en planteamiento de todo lo que se debe ir haciendo; no de lo que se quiere hacer, sino lo que se debe ir haciendo, porque esto es un proceso lento, como lo ha sido hasta ahora.

Plantear de momento establecer la carrera oficial en el Paseo Colón, sería espectacular, maravilloso, con ese fondo que tiene Sevilla sobre Triana, y al revés… (risas) Yo no le quito espectacularidad a eso, pero vamos, no es razonable en este momento.

Hay que ir viendo dónde están los verdaderos problemas, porque aquí tenemos una tentación en esta sociedad que llega a todo, y se convierte en categoría en una anécdota; una obligación se convierte fácilmente en un derecho, y tenemos que ser reflexivos. Yo creo que la Iglesia misma es muy reflexiva en sus cosas, y debe incluso facilitar y ayudar que en el seno de las hermandades se plantee este movimiento de racionalidad, de diálogo, y de planteamiento.

Vamos a ver... si las hermandades son en su origen un alarde de modernidad. Lo que hoy llamamos seguridad social lo establecieron las hermandades con las obras pías y los monte pío iniciales. Vamos a negar que las hermandades no estén en la brecha de hacer las cosas con mentalidad y con visión de futuro, y con ganas de ayudar y de ir progresando haciendo las cosas como Dios manda. Hay que mantener esta actitud de diálogo y que nadie se cierre en sus cosas.

Lamentablemente estamos viendo estas semanas lo que ocurre cuando la sinrazón se impone, y fíjate lo que está pasando. Una absoluta barbaridad...

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