Semana Santa

Sin Soledad y con más lluvia

  • La cofradía del Descendimiento se quedó en su templo y las demás pudieron salir

La mañana del Viernes Santo amaneció con los cielos cubiertos y con la mirada cansada de los cofrades clavada en las nubes temiendo que se frustrara de nuevo otra jornada de Semana Santa. La ciudad quería recibir en sus calles a las cinco cofradías del día con la misma normalidad que tuvo el anterior, en el que sí pudieron contemplarse íntegramente todos los cortejos tras cuatro días de lluvia.

Pero antes, como es tradicional cada Viernes Santo a las tres de la tarde, el Campo del Príncipe se convertía una vez más en el escenario de la convocatoria popular, masiva y piadosa más importante de estos días. El paso de la Soledad de Santo Domingo de la Hermandad de la Cañilla llegó y se colocó en el lateral izquierdo del monumento de piedra del Señor de los Favores para presidir junto al arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, el rezo conjunto conmemorativo de la hora nona. El sonido agudo de una corneta marcó el inicio puntual del acto de fe más multitudinario de Andalucía, mientras las campanas de San Cecilio sonaban cadenciosas en el silencio respetuoso de la tarde.

Una hora escasa después, en la Parroquia de San Juan de Letrán, la Hermandad de los Ferroviarios no necesitó mirar al cielo para poner su Cruz de Guía en la Avenida de la Constitución. Se llenó el bulevar de nazarenos portando farolillos que simbólicamente recuerdan el origen de su fundación. La cofradía pudo completar su recorrido con normalidad y sin contratiempos, aún a pesar de la lentitud con la que transitó durante sus primeras horas antes de llegar hasta la carrera oficial. Al final, cuando le faltaban pocos metros para llegar a su templo, apareció la lluvia anunciada durante toda la tarde.

Cuando la cofradía de los Favores estaba poniendo en la calle su cortejo desafiando también a las nubes, la hermandad de la Soledad de San Jerónimo comunicó que suspendía su salida de este año por la previsión de lluvia. Las monjas jerónimas no recomendaron la salida, además con el precedente del año pasado, cuando se mojaron. Así que la hermandad fue la única que se quedó en su templo el Viernes Santo. La liberación del preso se escenificó en el interior del Monasterio al no poder hacerlo en la Catedral.

Mientras se conocía esta noticia, los Favores ponían en la calle uno de los cuatro cortejos más completos de la Semana Santa de Granada. Impresionante el paso de Cristo con su altura, su dorado y su andar costalero con los sones de la banda de la Pasión de Linares, que volvió a deleitar a los cofrades. Detrás, el palio de la Virgen de la Misericordia, la 'Greñúa', este año más comedido de flor y repertorio musical que otras ocasiones.

Después, la cofradía de los Escolapios mostró a sus dos titulares con el cuidado y esmero que cada año consiguen. Tras el Cristo de Expiración, en el último suspiro antes de la muerte, la Virgen del Mayor Dolor, la madonna, pues fue el primer paso de palio de Andalucía que estuvo en el Vaticano ante Juan Pablo II.

Cerró la jornada la hermandad oficial, la del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad. En su cortejo, representaciones del resto de cofradías -sólo la mitad de las que deberían ir-, del Ayuntamiento, Diputación, Madoc y colegios profesionales e instituciones. Cuando la hermandad estaba por Catedral comenzó a llover y la cofradía decidió regresar a Santa Ana recortando camino y con los pasos cubiertos por plásticos.

La lluvia sorprendió también a las cofradías de los Escolapios y de los Favores, que aceleraron su regreso a los templos tras completar su estación de penitencia.

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