Crónica

Terminó el "sueño de los despiertos"

  • Mañana fría y nubosa de Domingo de Pascua que retrajo a Regina Mundi a salir a las calles

Salida de la Virgen del Triunfo

Salida de la Virgen del Triunfo / Álex Cámara

La alegría del Domingo de Resurrección no tuvo esa magia de años anteriores. La probabilidad de chubascos durante la mañana complicaban las decisiones de las cofradías del día: Facundillo, Resurrección y Regina Mundi. Tanto es así que el Dulce Nombre retrasó media hora la salida, el paso del Señor de la Resurrección salió entre plásticos desde la parroquial de San Miguel y, en el Sagrario, los hermanos de El Resucitado y la Virgen de la Alegría decidían suspender su salida en este 2019.
Repique a gloria de las campanas de barro del Niño de Santo Domingo. La chiquillería tomó como cada año el protagonismo en esta mañana de Pascua. La cantera cofrade se asegura gracias a la labor de esta hermandad de seguir acercando a los más pequeños la responsabilidad de llevar sobre sus hombres al Divino Infante. Qué suerte tiene Granada de tener tradiciones tan entrañables como esta.
El Sagrario no abrió sus puertas en este año. Excesiva prudencia tuvo la junta de gobierno de Eduardo Iáñez, quien prefirió dejar a sus titulares en el interior del templo a sufrir el error de verse en las calles y con la lluvia arreciando sobre sí. Habrá que esperar a 2020, pues, para continuar disfrutando de esos logros conquistados (para bien de la Semana Santa de Granada) por medio del nuevo misterio.
No tuvo miedo alguno la cofradía de los Vergeles. Aguantaron en la salida las tímidas gotas de agua que confirmaban los pronósticos pero después de eso, llegó el derroche de la gracia de una hermandad de barrio. Valiente, con casta, la cuadrilla de Aitor Cuadros quien llevó al Señor de la Resurrección a los cielos de su barrio. La luz que le faltó al día la puso la gracia y el  compás de este misterio. Conjunción de lujo al son de La Estrella. Qué lujo contar un día más con bandas como ésta, nuestra decana.
No quedó atrás la magia del paso de palio de malla de la Virgen del Triunfo. Las desbordantes esquinas y el cromatismo atrevido son más que un clásico, es algo esperado por muchos cofrades y que nos adelanta la alegría de este tiempo de glorias. El repertorio, el corneteo de las marchas, y el derroche costalero pusieron broche a esta Semana Santa. Con esta desbordante alegría no quedó margen a la nostalgia del día. Ya muchos empiezan a soñar, cuando aún no se ha apagado la candelería de este paso de palio, con la llegada de un nuevo Domingo de Ramos. Terminó el sueño de los despiertos. Ahí quedó

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