Alrededor de 20.000 personas, según los organizadores, han revivido a lo largo de estos días por las calles del municipio granadino de Cuevas del Campo la Pasión y Muerte de Jesucristo a través de la ya tradicional representación dramática que unos 600 vecinos, entre actores aficionados, figurantes y técnicos, escenifican en esa localidad desde el año 2001.

Según explicó ayer el director del drama, Antonio Víctor, la cantidad de personas que han presenciado la XIII edición de esta Semana Santa Viviente "ha superado con generosidad" la de años anteriores, especialmente en la jornada del Viernes Santo, cuando "se han roto todos los moldes".   En concreto, Víctor estima que la cifra total de público habrá "rozado las 20.000 personas" en las tres jornadas en las que se recrean escenas de la vida de Jesús: el Domingo de Ramos, cuando se escenifica la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, el Jueves y el Viernes Santo.

Respecto a ediciones anteriores, la Semana Santa Viviente de este año 2013 no ha aportado "grandes novedades" ya que, según su director, el guion es "el mismo" un año tras otro, el Evangelio de San Mateo a partir de la versión cinematográfica de Passolini. De esta forma, lo que llevan a cabo de un año a otro, según Víctor, es "revisar los posibles errores que se hayan podido cometer y tratar de corregirlos", si bien "normalmente hay que hacer pocos arreglos". Las principales novedades llegan de la mano de los actores que se incorporan por primera vez a esta representación dramática, "que al principio dan un poco de más trabajo" por su falta de experiencia.

Además, en esta ocasión se ha sustituido por primera vez el ensayo general que tradicionalmente se llevaba a cabo de este drama el Jueves Santo por una representación, una experiencia que ha resultado ser "muy satisfactoria", en palabras del director de la obra, que ha querido destacar que "cada año viene más gente de fuera de Cuevas del Campo" a disfrutar de su Semana Santa Viviente.

Este evento es uno de los acontecimientos más representativos de este municipio del Altiplano granadino de unos 2.000 habitantes y una de sus mayores señas de identidad junto a las conocidas playas del embalse del Negratín.