No hay dobleces en él. A corazón abierto, Julián Rubio (Montealegre del Castillo, 28-1-52) es parte del sevillismo, sangre de su sangre. Es distinto, piensa diferente y marca un estilo. Siempre lo marcó. Se mide esta tarde al Sevilla, un club que es más que un club en su corazón. Un trotamundos que siempre llevó al Sevilla allá donde fue, que siempre dijo las cosas claras y que, pese a ello, sigue conservando amigos y hasta llevándose a su parte a antiguos enemigos.

En poco tiempo en Albania, ganó tres títulos con el Tirana, un club histórico pero en situación de derribo cuando llegó. Una Supercopa, dos Copas y un tercer puesto en la Liga después de estar en las últimas posiciones cuando entró por las puertas. Ello le ha valido dar un salto y dirigir al Flamurtari, con el que, con apenas una semana en el club, hoy debuta… ante su Sevilla.

Es amigo y quizá por eso no salga –porque no puede salir- la tercera persona de cortesía en el tratamiento. Una entrevista en la que augura un buen futuro a Míchel y en la que dice soñar con volver algún día al Sevilla. “De lo que sea”.

-Julián, ¿eres un sevillista por el mundo?

-Por supuesto, presumo de ello. Mis mejores años me los ha dado el Sevilla y sería muy desagradecido si no fuera así

-Hace años Bolivia, ahora Albania, y siempre siendo el primero en cruzar la raya. El primer entrenador español en… ¿dónde la próxima parada?

-Donde alimenten mi pasión, donde me ofrezcan desarrollar mi vida, que es el fútbol, donde exista el respeto y la consideración.

-Demuestras que no le temes a nada. Siempre fuiste un valiente. Con todas sus consecuencias…

-Soy valiente, es verdad. Pero también la vida me ha hecho así y me lanzo al vacío. Eso sí… con paracaídas.

-Ahora el entrenador español sale a países exóticos (Arabia Saudí, Qatar, China…) pero en otra época no era muy común. ¿Era una especie de desprestigio? Ahora es moda.

-Pero mi caso es diferente, creo. Me he ido fuera siempre que no me han contratado en España, parado no puedo estar y voy donde haga falta.

-Tres títulos en muy poco tiempo con el Tirana. ¿Cómo fue el cambio? ¿Te ha dado tiempo a conocer a los nuevos jugadores?

-Abismal, pero como soy muy adaptable a todo… eso hice, meterme en su piel y en sus circunstancias, y con suy ayuda, hemos conseguido tres títulos de cuatro.

-¿Qué sentirás cuando estés hoy en el banquillo ante el Sevilla? La última vez fue con el Ciudad de Murcia, en la Copa del Rey.

-Emoción a raudales, como siempre que he tenido que jugar contra ellos. Si no puedes a favor, que sea en contra, pero que el Sevilla esté por medio.

-Después de varios entrenadores, ¿crees que Míchel puede asentarse en un banquillo que por experiencia sabes que es difícil?

-Míchel me parece un entrenador muy actual, con las ideas claras y una forma de juego que entra bien en el sur, en Sevilla. Hablando con él me decía: “¡Qué ciuidad más futbolera!”. Y es verdad, pues dale marcha. Lo agradecerán.

-Y para acabar, ¿sueñas con poder ser útil al Sevilla en un futuro? ¿Entrenarlo para sacarte una espina que debe estar ahí u ocupar otro cargo?

-¿Qué si sueño? Ayer, hablando con el presidente y los directivos que le acompañaban les dije: “¡a ver si me rescatáis de una vez!”. Me gustaría serle útil al Sevilla en cualquier puesto que me necesitaran. Para eso tengo mucha experiencia. Daba lo que fuera por ser como fueron Juan Arza, Manolo Ruiz Sosa u otros jugadores y entrenadores que han estado por ahí y al final terminar en cualquier cargo, pero sirviendo al Sevilla.