El hecho de que el Sevilla durante esta temporada por primera vez en nueve años no dispute ninguna competición europea va a hacer que sea un blanco fácil para la Liga Nacional de Fútbol Profesional (LNFP) a la hora de fijar sus partidos en horarios fuera del fin de semana.

La consigna de los operadores al organismo que fija cada jornada de no hacer coincidir ningún partido para que todos sean televisados provoca estas situaciones y, si, por ejemplo, el Sevilla ya disputa la siguiente jornada a la visita del Real Madrid a Nervión en lunes, ante el Deportivo en la jornada quinta (21:30 horas y ofrecido por La Sexta el 24 de septiembre), ayer la LFP colocó el siguiente desplazamiento de los de Míchel, el Celta-Sevilla de la jornada séptima, el viernes 5 de octubre también a las 21:30 y televisado igualmente en abierto.

Es insólito que un partido de Primera División se juegue en viernes, aunque los responsables de la decisión han avisado de que se trata de una medida (fijar un partido en viernes) y un horario excepcional por los compromisos de las selecciones.

Se da la circunstancia de que en tres de sus cuatro primeros desplazamientos el Sevilla ha sido un club castigado por la LFP con los horarios, ya que, salvo el encuentro en Granada (domingo a las 21:30), tanto ante el Rayo Vallecano (domingo a las 12:00), como en las dos salidas a Galicia frente a Deportivo y Celta (lunes y viernes, respectivamente), el equipo de Míchel tendrá que jugar fuera del horario habitual de fin de semana.