El Sevilla sigue teniendo en su mano el objetivo fijado a falta de dos jornadas, pero eso no basta ya en una entidad cuyo crecimiento la obliga a aguantar el chaparrón de los continuos debates. El empate en Pamplona ha recrudecido los análisis sobre la faceta excesivamente especuladora o poco ambiciosa que tiene el equipo de la mano de Manolo Jiménez, pese a que el Sevilla hizo lo que en los últimos 15 años allí, no ganar. Un debate, por cierto, cuyo calado ha llegado hasta el propio vestuario, como demostró Luis Fabiano aconsejando a su entrenador cómo tenía que jugar.

Jiménez preparó el partido de Pamplona desoyendo completamente al delantero centro de la selección brasileña y a esa gran parte de analistas y aficionados que reclaman que el juego con dos extremos y dos delanteros sea la única fórmula de este Sevilla. Y no le salió bien. Es más, la salida de Jesús Navas y, sobre todo, Diego Capel, pudo darle la victoria al Sevilla en un arreón final protagonizado principalmente por Luis Fabiano, que pareció espolearse con la concesión a su solicitud. Y José María del Nido sigue asistiendo a este debate desde la incertidumbre sobre cómo terminará la temporada, aunque una de las razones que pueda esgrimir para darle continuidad a Jiménez es que consiga el objetivo con sus propios criterios, sin dejarse llevar por presión exógena alguna.

Ante esta situación, el capitán del equipo, Andrés Palop, envía un mensaje de cordura y recuerda que el Sevilla hizo lo que debió, bajo el viejo aserto de que cuando no puedes ganar, no pierdas. El meta valenciano analiza las razones por las que el equipo de Jiménez no ganó, un año más, en Pamplona, y deja para otros el debate sobre el sistema.

"No fue un partido bueno de nuestra parte -reconoce Palop-, ellos pusieron más intensidad y no pudimos hacer nuestro juego, no fue el Sevilla del domingo anterior, pero sacamos un punto de un campo difícil ante un rival que se jugaba la vida. El punto es positivo porque cuando no puedes hacer tu juego hay que sumar. Enfrente hay un rival, que además está en su casa y fue muy competitivo. Pero teníamos claro que el objetivo era ganar. Quizás no tuvimos tantas oportunidades como otras veces, pero nuestra única idea era ganar, el punto de partida era ése".

Sobre el sistema de juego usado en Pamplona no se mojó demasiado Palop: "El míster es el que decide cómo tiene que hacer las cosas, para eso es el entrenador. Luego, hay un rival y unas condiciones. De todas formas, yo ya he dicho en otras ocasiones que con este sistema hemos ganado muchos partidos, y también hemos perdido algunos. Ayer empatamos y hay que darlo por bueno".

El capitán sevillista no acierta a dar con la tecla de la dificultad que ofrece Osasuna en su casa: "Son campos que se te hacen difíciles sea por lo que sea, por nuestro estilo de juego, no sé... Hay otros estadios difíciles para nosotros y que aprietan, como el campo del Betis, el del Real Madrid o el Atlético; sin embargo, hemos demostrado que en éstos sí hemos ganado y en Pamplona no. No sé por qué será, las estadísticas están ahí y esperemos poder romperlas el año que viene".

Pero lo que importa ahora es estar en la Champions y ahí Palop saca su faceta más optimista: "Este equipo sabe sufrir hasta el final, está hecho a lograr las metas sufriendo. Ahora tenemos la tranquilidad de que jugamos en casa y de que podemos certificar la Champions ante nuestra afición". Pero, ¿peligra el objetivo? "Peligro, peligro, siempre existe mientras que no esté certificado matemáticamente, pero ahora tenemos confianza de lograr el objetivo en casa, en otra final ante el Deportivo", contestó.