El Sevilla no es el segundo menos goleado del campeonato por casualidad. En sus filas juega un internacional francés por el que el Sevilla pujó fuerte este verano para comprárselo al Olympique de Lyon, y a Monchi hay que reconocerle que acertó de lleno con su elección. Squillaci, Totó, tal y como lo llaman sus compañeros en recuerdo de aquel pichichi del Mundial de Italia, ejerce desde hace tiempo como un líder en la segura defensa sevillista, a la que no la menoscaba que su otro jefe natural, Escudé, no esté sano, ni que Konko haya estado tres meses fuera, ni que tengan que actuar dos jugadores reconvertidos a laterales como Mosquera o Adriano, ni que... Y mucha culpa la tiene el heredero de Javi Navarro, que sigue aferrándose a la posibilidad de despedirse del fútbol en el campo.

Los 21 goles en contra en 24 partidos hablan muy a las claras de la exitosa política de fichajes de la dirección deportiva del Sevilla en materia de defensas. A bote pronto, a cualquier aficionado crítico se le pregunta por los fichajes que le gustan de esta temporada y el primero que sale a relucir es Squillaci, secundado muy de cerca por Fernando Navarro. A un solo gol del Barcelona está ya el equipo de Manolo Jiménez en cuanto a tantos encajados, 20 por 21. Un dato irrefutable al que también ayuda el capitán Palop, que sigue en la pelea por el Trofeo Zamora.

La afición del Sevilla pudo ver in situ el duelo entre el primer candidato de Monchi para ser el sustituto de Javi Navarro y el que finalmente se enfundó la camiseta del Sevilla. Squillaci sacó su pecho como un pavo real ante Ujfalusi, cuyo cambio de opinión, por los dineros del Atlético de Madrid, ha provocado, entre otras cosas, una denuncia por incumplimiento de contrato. El Sevilla espera una buena indemnización por la ruptura del preacuerdo que firmó el internacional checo en enero de 2008, justo cuando podía negociar su futuro al quedar libre de la Fiorentina en junio del año pasado. De por medio, hubo un enfado mayúsculo de Del Nido con el agente Bayram Tutumlu.

de barrer a fijar

Si Tutumlu vio ayer el partido, pudo comprobar que Squillaci tiene mucho más peso en el Sevilla que Ujfalusi en el Atlético. El francés ganó por goleada y sólo hay que mirar las estadísticas. Fue clave en cuando el Atlético jugó con Forlán como único punta, barriendo como hombre libre mientras David Prieto hacía la marca al uruguayo. Salió con agresividad varias veces a hacer coberturas en las bandas y fue una garantía. Y cuando salieron Maxi y Agüero, cambió la escoba de barrer por el pegamento de fijar marcas. Sólo sufrió en una jugada ante el habilidoso Agüero, sin consecuencias. Por lo demás, perfecto. Incluso pudo marcar en un cabezazo que sacó Leo Franco. ¿Y Ujfalusi? Poco que contar. Pablo fue el verdadero apagafuegos del Atlético y el hombre que tapó a Kanoute. El checo tuvo un día gris y provocó indiferencia. Eso sí, pagó su traición retratándose en el gol: estaba fuera de su sitio en el enorme pase interior de Fazio. Ni marcó, ni tapó, ni supo llevar adelante la línea del fuera de juego en la jugada en la que se rompió el partido. Squillaci ganó los cuatro puntos en juego: tres y el goal average.