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Más vías que acierto y cambios tardíos

  • Sin Kanoute fino, el Sevilla tardó en dinamizar el ataque, que mejoró con la entrada de José Carlos, aunque nunca perdió la fe

Para jugar con un 4-4-2 como el que recuperó Álvarez ante el Deportivo, Kanoute debe estar muy fino. Ayer no lo estuvo y, quizá por el peso específico que irradia su figura, el técnico sevillista tardó en verlo. Porque cuando se decidió a sustituirlo, el Sevilla le dio una vuelta de tuerca al cerco que puso sobre la meta de Manu, quien también tuvo que ver en que el marcador no se moviera. José Carlos se erigió como la mejor solución para encontrar nuevas vías por dentro, pero siguió sin haber suerte ni acierto. Dos largueros, remates a bocajarro, la mala fortuna de Negredo, entradas por las bandas y por en medio, a balón parado... El Sevilla lo intentó hasta el final, pero el Deportivo jamás perdió el orden y se salió con la suya.

Defensa

La inclusión en la retaguardia de Martín Cáceres, en su debut oficial, permite a Álvarez dar la orden de adelantar la línea para achicar espacios. El Sevilla asume riesgos, como en el pasillo que Morel aprovechó en el minuto 4 y que propició la ocasión de Adrián López. Aun así, persistió en ese objetivo, con Zokora muy dinámico en la vigilancia y las coberturas. También ayuda a eso la alineación de Fernando Navarro, más disciplinado que Dabo y también más agresivo. Conforme pasaron los minutos, el Deportivo dejó de amagar, también porque los defensas estuvieron rápidos y contundentes cortando las contras sin dudar.

Ataque

Kanoute actuó como enganche, pero no dio la suficiente cohesión por su irregularidad en los controles y en las combinaciones al primer toque, lo que hizo que el ataque tardara en romper. Hubo diez o quince minutos muy dinámicos, en el ecuador de la primera mitad, en los que, sobre todo Perotti pero también Guarente adelantándose unos metros, las piezas tuvieron más movilidad, menos simetría. Se buscaron diagonales y cambios rápidos de posición. Sólo faltó el remate en esa fase, en la que el larguero impidió el gol de Negredo.

La salida en la segunda mitad fue briosa. Los laterales comenzaron a subir con asiduidad y llegaron ocasiones a balón parado. La entrada de José Carlos procuró más circulación y nuevas búsquedas de espacios, aunque el derroche realizado por sus compañeros pasó factura y ni Negredo ni Luis Fabiano, demasiado frío, aprovecharon su visión.

virtudes

Buscó el gol por fuera y por dentro y también lo intentó a balón parado, sin fortuna en el remate.

talón de aquiles

Los cambios estaban cantados y debieron llegar algo antes.

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