El influyente grupo pro armas en Estados Unidos Asociación Nacional del Rifle (NRA) se declaró "decepcionado" del encuentro celebrado en la Casa Blanca para tratar con el vicepresidente, Joe Biden, eventuales medidas para controlar la violencia de las armas. "Nos decepcionó ver cuán poco tuvo que ver esta reunión con los esfuerzos para mantener seguros a nuestros hijos y cuánto con una agenda para atacar la segunda enmienda" de la Constitución estadounidense, que consagra el derecho a portar armas, dijo la NRA en un comunicado.

La organización, un lobby muy influyente en el Capitolio al que grupos más progresistas acusan de controlar cualquier intento legislativo de restringir de alguna forma el uso de las armas en el país, acusó a la Casa Blanca de haber iniciado la cita con "prejuicios". "Este grupo de trabajo pasó la mayor parte del tiempo hablando de propuestas de restricciones contra dueños legales de armas, estadounidenses honestos, que pagan sus impuestos y trabajan duro", afirmó la NRA. "Es lamentable que el gobierno siga insistiendo en impulsar soluciones fracasadas para los problemas más apremiantes de nuestra nación", agregó.

Biden encabeza un grupo de trabajo encomendando por el presidente, Barack Obama, a que busque una solución a la violencia provocada por las armas en el país. El tema del control de armas, un tabú casi total en Estados Unidos pese a frecuentes tiroteos, empezó a ver un resquicio para el debate tras la masacre de 20 niños en una escuela de primaria en Newton, Connecticut, en diciembre.

En el marco de las reuniones con diversos representantes de la sociedad relacionados con el tema de las armas que Biden está manteniendo esta semana, el vicepresidente había adelantado su intención de presentar a Obama una serie de "recomendaciones" para un mayor control de armas. Algo que, en vista de la fuerte reacción de la NRA, podría toparse con una sustancial reticencia en diversos sectores sociales y políticos. "No vamos a permitir que dueños de armas que cumplen con la ley sean culpados de los actos de criminales y locos", declaró la organización ultraconservadora. En vez de ello, anunció su intención de buscar contactos en el Congreso entre "aquellos interesados en tener una conversación honesta sobre lo que funciona y lo que no".