Educación

Bachillerato internacional: una opción poco conocida que gana adeptos

Alumnos de Bachillerato Internacional del San Francisco de Paula.

Alumnos de Bachillerato Internacional del San Francisco de Paula. / Colegio San Francisco de Paula

La infanta Sofía seguirá los pasos de su hermana la infanta Leonor y, el próximo curso, estudiará el Bachillerato Internacional en el prestigioso internado de Gales UWC Atlantic College. Así lo ha comunicado la Casa Real este lunes. El bachillerato internacional es una alternativa al bachillerato tradicional poco conocida pero que cada vez gana más adeptos. Existe la falsa creencia de que es una opción elitista y que requiere un importante desembolso económico, pero la realidad es que se trata de una modalidad que ofrecen en España centros públicos y privados y que no se dirige necesariamente a empollones, sino a alumnos motivados, con espíritu crítico y ganas de aprender. 

Una de las características más destacadas del bachillerato internacional es que está alejado de la clásica enseñanza memorística del bachillerato tradicional y, por contra, busca desarrollar las habilidades de pensamiento crítico del alumno, estimular su curiosidad y fomentar su capacidad de resolver problemas complejos.

No es necesario ser brillante para cursar este Bachillerato ni tener pleno dominio de un segundo idioma ni tener un alto poder adquisitivo (en los centros públicos hay que pagar un máximo de 200 euros anuales en concepto de exámenes), sin embargo, en España sí hace falta tener buenas notas, pues la demanda supera la oferta de plazas, aunque éste no es el único criterio que se tiene en cuenta.

Para impartir el Bachillerato Internacional (IB), los centros tienen que superar una exhaustiva evaluación por parte de la respectiva Consejería de Educación y de la Organización del Bachillerato Internacional (IBO), fundación educativa creada en 1968 y con sede en Ginebra.

En España, de acuerdo con las cifras de IBO, existen 61 centros públicos y 138 privados que imparten este tipo de enseñanza.

Según esta organización, a diferencia de los currículos nacionales, los programas del IB constituyen un reflejo de las mejores prácticas de una amplia variedad de marcos educativos y currículos distintos y, además, anima al estudiantado a adquirir una mentalidad internacional y a pensar más allá de su entorno inmediato.

El alumnado desarrolla las habilidades de los enfoques del aprendizaje y tienen el reto de pensar de manera crítica y aprender en un entorno flexible que trasciende las fronteras disciplinarias, culturales y nacionales. En definitiva, los jóvenes se responsabilizan de su propio aprendizaje y comprenden cómo se construye el conocimiento en sí, según explican desde IBO.

Obligatorio hacerse preguntas complejas e investigar

Este tipo de enseñanza obliga, además, al alumnado a plantear preguntas complejas; aprender de forma interdisciplinaria; desarrollar habilidades de investigación; les anima a participar activamente en sus comunidades y a hacer del aprendizaje una experiencia que trascienda sus estudios académicos.

Otra de las ventajas del Bachillerato Internacional es que ofrece mayor libertad para elegir las materias, es decir, no encasilla al alumnado en el camino de letras o ciencias.

Después de superar los exámenes, no es necesario presentarse a la prueba de acceso a la universidad, a no ser que se desee subir la nota obtenida.

El currículum y los exámenes finales del IB son iguales en todo el mundo y abren las puertas a todas las universidades.

Hay tres idiomas oficiales, francés, inglés y español, pero no es obligatorio conocer un segundo idioma. Las asignaturas se pueden estudiar en el nivel superior (equivalente al C1), medio (B1-B2) o sin conocimiento.

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