Sociedad

El éxito de Bali depende de que EEUU, Japón y Canadá reduzcan emisiones

  • Las negociaciones intentarán fijar un descenso de entre el 20% y el 40% del volumen de dióxido de carbono a alcanzar en 2020 · La propuesta de incentivar la conservación de los bosques cobra fuerza

La actitud de Estados Unidos, Japón y Canadá, reacios a establecer compromisos concretos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, marca el tramo final de la conferencia de cambio climático de la ONU en la isla indonesia de Bali.

Tras las reuniones que se han sucedido desde el pasado día 3, hoy comienza el tramo ministerial de la conferencia, en el que participarán los ministros responsables del área de medio ambiente de casi doscientos países.

Los ministros, muchos de los cuales han comenzado a llegar ya al complejo en el que se celebra la conferencia, donde, entre otros mandatarios, ya se encuentra como anfitrión el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, tendrán sobre la mesa un borrador de trabajo con muchos interrogantes todavía por dilucidar.

Entre ellos destaca la posibilidad de incorporar en el acuerdo final de la conferencia un párrafo que comprometa a los países desarrollados a reducir sus emisiones de dióxido de carbono entre un 25 y un 40 por ciento en el año 2020, aspecto clave en el borrador que ha estado circulando entre las delegaciones desde la semana pasada, auspiciado oficiosamente por miembros de las delegaciones de Indonesia, Suráfrica y Australia.

Esa reducción planteada en el borrador y ya recomendada abiertamente por el Grupo de expertos en Cambio Climático de la ONU (IPCC), es la que está defendiendo la UE en las negociaciones, pero países como Estados Unidos, Japón o Canadá son reacios a fijar cifras concretas para no comprometer las conversaciones que se deberán producir durante los próximos meses y años, según informaron fuentes de la delegación española.

Las mismas fuentes observaron que Japón y Canadá están mostrando una "extrema cautela" a la hora de fijar compromisos concretos, y confiaron en que la negociación política que se abre a partir de hoy durante el tramo ministerial de la cumbre permita avanzar hacia un acuerdo que satisfaga a todas las partes.

La ministra española de Medio Ambiente, Cristina Narbona, expresó sus dudas respecto a que Estados Unidos acepte que en el acuerdo final de Bali se fijen compromisos concretos de reducción de emisiones en el horizonte del año 2020.

Narbona, en declaraciones a un grupo de periodistas al finalizar las reuniones de ayer, sí consideró que la cumbre aprobará un mandato a la comunidad internacional para que multiplique los esfuerzos durante los próximos meses para conseguir llevar a la cumbre de 2009 una propuesta de Protocolo que sustituya al de Kioto -cuya vigencia vence en 2012-, que ayer cumplió una década desde su firma en la ciudad japonesa de ese nombre.

Narbona auguró además que en esa fecha la Administración estadounidense puede ser distinta, en alusión a las próximas elecciones presidenciales, y que un Gobierno de diferente signo sí aceptará sumarse a la lucha mundial contra el cambio climático y se comprometerá a reducir sus emisiones. La titular de Medio Ambiente valoró sin embargo las iniciativas que están surgiendo en EEUU para luchar contra el cambio climático, y observó que 23 estados y más de seiscientos ayuntamientos de ese país han puesto ya en marcha planes específicos para reducir emisiones.

Un mayor nivel de acuerdo existe, según las mismas fuentes de la delegación española en Bali, en torno a la propuesta de Rusia de que al futuro régimen se incorporen los países en desarrollo y de que éstos asuman también compromisos para reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, aunque con un carácter voluntario.

Al tramo final de la cumbre llega también muy consensuada la propuesta, defendida sobre todo por Brasil, de incentivar económicamente la conservación de los bosques, aunque muchas partes inciden en la importancia de mejorar la gestión de los fondos para evitar que países que están desforestando a un gran ritmo puedan beneficiarse de incentivos por conservar sus bosques.

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