Sociedad

Berlín confirma la existencia de gallinas con alto nivel de contaminación

  • El Gobierno asegura que no se vendió la carne y que los animales fueron sacrificados

Tras cerrar cerca de 5.000 granjas, las autoridades alemanas confirmaron ayer que los primeros análisis de gallinas ponedoras que comieron piensos con dioxinas muestran tasas de esta sustancia 2,5 veces por encima de lo permitido.

Se trata, según el Ministerio de Agricultura de Alemania, de pruebas efectuadas a tres gallinas procedentes de Renania del Norte-Westfalia (oeste del país). "La carne no se estaba vendiendo. Los animales fueron sacrificados y sus cuerpos incinerados", aclaró un portavoz.

Los huevos procedentes de la explotación a la que pertenecían estas gallinas han sido devueltos y el departamento de Agricultura publicó en internet los números de serie.

El Ministerio aclaró que la carne de estas aves ponedoras suele venderse, en circunstancias normales, como sopa de pollo.

En el resto de análisis, otras tres explotaciones de gallinas y de cerdos dieron tasas por debajo de lo que estipula la ley germana.

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