Consumo

Eurovegas en Madrid

Gonzalo García Pelayo

Director de cine y jugador

He vivido seis meses en Las Vegas además de hacer al menos diez visitas a la ciudad en estos últimos veinte años. Mi hija Vanessa pasó ocho años de su vida en Las Vegas (bailando flamenco) y mi sobrina Diana, con su marida y sus dos niñas, allí habita desde el nacimiento de la segunda. Mi hermano Javier va a visitar a sus nietas dos veces por año.

 

En estos últimos tiempos me siento gaditano y lasvegans, a partes iguales entre ambas ciudades. En Las Vegas he disfrutado de un clima espléndido, menos el caluroso verano, he podido comprar discos a las cinco de la mañana saliendo de la tienda al amanecer, he comido en decenas de buffets magníficos y baratos, he visto grandes espectáculos musicales desde clásicas revistas de chicas guapas, ¡qué guapas!, hasta modernos montajes del Circo del Sol con su cumbre en el Love de los Beatles, lo mejor que vi nunca en un teatro junto a Los Enteraos de Selu o Tres notas musicales del Peña.

 

Por supuesto he jugado al póquer a cualquier hora, a veces hasta treinta y seis seguidas y también he podido visitar una galería de arte con la mejor pintura del siglo XX, una sucursal del Ermitage que ya había visitado en San Petersburgo, o una espléndida exposición de todo tipos de motocicletas en los mismos días en que he podido presenciar en vivo una pelea de Tyson, una de Mayweather, dos de De la Hoya, y de otros grandes boxeadores de estas últimas décadas. Desde allí he podido visitar maravillas naturales como el Gran Cañón del Colorado, el Valle de la Muerte de Von Stroheim y, algo más lejano, el Monument Valley de John Ford con sus indios navajos.

 

En definitiva, he podido llevar una vida bohemia como no lo hacía desde mi París de fregado de platos y cinemateca de Chaillot de antes del 68.

¿Tendremos todo esto en Eurovegas? Supongo que no tanto pero espero un buen porcentaje de repeticiones de las cosas que nombré más arriba. Habrá Circo del Sol, buffets, chicas guapas, horario nocturno y póquer, seguro, quizás algo de boxeo y excursiones al Prado, Toledo y Segovia.

 

Yo quiero todo eso y además con la ventaja de tenerlo cerca de mi casa, que en vez de necesitar coger dos aviones, quizás me basten dos vagones de metro.

¿Inconvenientes? Yo no veo ninguno porque los que ven algunos políticos y periodistas me parecen falsos y engañosos. Pienso que la instalación de Eurovegas en Madrid ampliará los derechos de los visitantes y jugadores en vez de restringirlos, como nos quieren hacer ver. 

¿Prostitución? ¿Más que la que ya hay en nuestro país? Imagino que las madres de los ejecutivos americanos que vengan a España estarán muy preocupadas por el ambiente de disolución que le habrán contado que existe en Madrid, mucho mayor que en Las Vegas. Es uno de los inconvenientes más hipócritas o ignorantes de todos los que he oído. Ambiente de pueblo decimonónico en la Europa de las redes sociales.

 

¿Que no van a pedir identificación en las puertas para proteger a los ludópatas? Pués claro, como no lo piden en los bares para proteger a los alcohólicos, ni en los estancos para ayudar a los fumadores semisuicidas. Creo que las autoridades madrileñas están legitimadas para cambiar cuántas leyes crean necesarias para consolidar la mayor inversión privada de la historia en Europa. Solamente que no toquen los derechos constitucionales, que los americanos respetan absolutamente, y que modifiquen lo que tengan que modificar de leyes menores para las que tengan la potestad que las urnas le han conferido.

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