Sociedad

Extirpar las anginas a los niños aumenta el riesgo de un futuro infarto

  • Los cardiólogos piden que sólo se quiten determinados órganos a partir de los 20 años

Quitar las anginas y el apéndice antes de los 20 años aumenta el riesgo de sufrir un infarto en el futuro, por lo que la Sociedad Española de Cardiología ha recomendado que sólo se extirpen esos órganos cuando no hayan sido efectivos otros tratamientos.

Según un estudio publicado recientemente en el European Heart Journal, que ha sido recogido por la Sociedad Española de Cardiología, la amigdalectomía (extirpación de las anginas) y la apendicectomía (del apéndice) realizada antes de los 20 años aumentan las posibilidades de sufrir un infarto en un 44% y un 33% respectivamente.

Tanto las amígdalas como el apéndice, recordó la SEC, son considerados órganos linfoides secundarios y son componentes del sistema inmunológico humano, por lo que juegan un papel importante en la defensa natural del cuerpo contra las infecciones, con mayor relevancia durante los primeros años de vida.

La extirpación de las amígdalas y del apéndice son intervenciones quirúrgicas comunes, recordó esta sociedad médica, que señaló que en España entre el 10 y el 20% de los menores reciben alguna de estas dos operaciones.

"Aunque todavía no se conoce a ciencia cierta el mecanismo exacto, los autores del estudio creen que el aumento del riesgo de infarto ante una extirpación de apéndice o amígdalas es consecuencia de la alteración que provoca esta cirugía en el sistema inmune", destacó el doctor Alfonso Varela Román, vicesecretario de la Sociedad Española de Cardiología.

"Lo que sí se hace cada vez más evidente con estudios como éste, es el papel que juega la inflamación en el desarrollo de la arterioesclerosis, que a su vez puede derivar en un infarto", según este especialista, quien insistió sin embargo en la importancia de no alertar a la población sobre estas intervenciones, ya que el estudio sólo sugiere la existencia de un posible relación causal, y en que se eviten las intervenciones de tipo preventivo, ya que éste y otros estudios similares han demostrado que la extirpación de estos órganos linfoides secundarios no es tan inocuo como se creía.

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