Sociedad

El Nobel chino desata la detención de activistas y el conflicto diplomático

  • El Gobierno chino califica como "obscenidad" la concesión del premio a Liu Xiaobo, que cumple condena por pedir para su país la aplicación de derechos constitucionales, como la libertad de prensa o el pluripartidismo.

Pekín detuvo a una veintena de disidentes que celebraban la concesión del premio al activista Liu Xiaobo del premio Nobel de la Paz y llamó a consultas al embajador noruego, lo que ha desatado tensiones diplomáticas entre ambos países.

Según el abogado de derechos humanos Teng Biao, la policía china detuvo en diversas zonas de Pekín a pequeños grupos de activistas poco después de las cinco de la tarde, hora local, cuando se conoció en China la noticia. "Se estaban preparando para celebrar el Nobel, iban a reunirse con amigos en distintos puntos de la ciudad en restaurantes y bares cuando los detuvieron", afirmó este abogado. El teléfono de Liu Dejun, otro disidente que horas antes informó de que estaba celebrando el premio de Liu, está apagado y se desconoce su paradero.

Amigos, abogados y disidentes cercanos al nuevo premio Nobel de la Paz, como Mo Shaoping o Pu Zhiqian, expresaron su emoción por el reconocimiento concedido a Liu, de 54 años y que cumple condena de once años de cárcel en una prisión situada a 480 kilómetros de Pekín por haber pedido la aplicación de derechos constitucionales, como la libertad de prensa o el pluripartidismo.

La esposa del disidente, la poetisa Liu Xia, se encuentra bajo vigilancia domiciliaria y no ha podido salir del apartamento de la pareja, situado en una zona cercana al Hospital Militar en la capital china, pero envió un comunicado a algunos medios agradeciendo el galardón y pidiendo al mundo que presione para la liberación de su marido. "Es un verdadero honor para él y sé que va a decir que no se lo merece", señaló la esposa, de 49 años, y que informará a Liu, que todavía ignora que ha sido premiado, de la concesión del galardón en su próxima visita mensual a la cárcel, el próximo sábado.

La poetisa desobedeció la prohibición de las autoridades chinas de hablar con la prensa extranjera o conceder entrevistas, y anunció a Hong Kong Cable Television que lo primero que hará cuando vea a su marido será darle un gran abrazo y que el premio era "para todos los que trabajan por los derechos humanos". El régimen comunista chino prácticamente carece de oposición debido a su estricta censura y represión de la mermada disidencia china, y porque el crecimiento económico de la segunda potencia económica legitima al gobierno frente a su pueblo, de momento.

No obstante, su represión de cualquier atisbo de disidencia o crítica internacional contra sus violaciones de derechos humanos es implacable, como demuestra el hecho de que esta misma tarde la cancillería china llamara a consultas al embajador noruego en Pekín, Svein Ole Saether, para expresar su rotunda oposición al galardón.

Según confirmaron fuentes cercanas al encuentro, funcionarios de la cancillería china expresaron a Saether su insatisfacción y el riesgo que corren las relaciones bilaterales entre ambos países por la concesión del premio a Liu, al que consideran un "delincuente" y que desde diciembre de 2009 cumple condena de once años de cárcel por "subversión contra el Estado". El embajador informó de que trasladaría la preocupación de Pekín a su gobierno, que el comité Nobel es independiente y que esperaba que las relaciones entre China y Noruega no se vean dañadas.

El Gobierno chino calificó en un comunicado la concesión del premio a Liu como una "blasfemia" que infringe el espíritu del Instituto Nobel de otorgárselo a quienes "trabajan por la armonía social, la amistad internacional, el desarme y el pacifismo". En los últimos meses Pekín advirtió a Oslo que, en caso de conceder el premio a Liu, sus relaciones bilaterales se verían gravemente afectadas, así como la firma de un acuerdo petrolero entre ambos Estados.

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