Sociedad

El Papa alza la voz contra "el horror de los niños víctimas del aborto"

  • Francisco clama contra el drama de los pequeños que "nunca podrán ver la luz" por la interrupción del embarazo o por la guerra. El Pontífice pide "humildad" a los futuros cardenales.

El papa Francisco denunció ayer en su discurso al cuerpo diplomático el "horror" que suponen las guerras, el aborto, la violencia sobre los niños y la explotación del medioambiente.

El Papa recibió ayer a los embajadores acreditados ante la Santa Sede para el tradicional mensaje de felicitación del año y la ocasión le sirvió, como ya ocurrió en su mensaje de Navidad, para hacer un duro repasó de los actuales conflictos y problemas sociales del planeta y el sufrimiento que causan.

Jorge Bergoglio comenzó subrayando "el aumento del número de las familias divididas y desgarradas" por diferentes factores y entre ellos "las difíciles condiciones en las que muchas de ellas se ven obligadas a vivir, hasta el punto de faltarles los mismos medios de subsistencia"

Ante ello pidió "políticas adecuadas que sostengan, favorezcan y consoliden la familia", pero también recordó la importancia de la aportación de los ancianos y de los jóvenes para la "esperanza de la humanidad".

"Hay que invertir en los jóvenes, con iniciativas adecuadas que les ayuden a encontrar trabajo y a fundar un hogar", instó el Papa argentino.

Otra preocupación que citó el Pontífice fue lo que él llama "cultura del descarte" y agregó que "por desgracia, objeto de descarte no es sólo el alimento o los bienes superfluos, sino con frecuencia los mismos seres humanos, que vienen descartados como si fueran cosas no necesarias".

Al respecto, Bergoglio afirmó que "suscita horror sólo el pensar en los niños que no podrán ver nunca la luz, víctimas del aborto, o en los que son utilizados como soldados, violentados o asesinados en los conflictos armados, o hechos objeto de la trata de personas".

Entre los deseos del Papa para este año, su primer pensamiento fue que acabe el conflicto en Siria, por tanto anheló que la Conferencia Ginebra II convocada para el próximo 22 de enero, "marque el comienzo del deseado camino de pacificación".

"Animo, además, a todos a facilitar y garantizar, de la mejor manera posible, la necesaria y urgente asistencia a gran parte de la población, sin olvidar el encomiable esfuerzo de aquellos países, sobre todo el Líbano y Jordania, que con generosidad han acogido en sus territorios a numerosos prófugos sirios".

Por otra parte, el Papa ha remitido una carta a los 19 cardenales que creará en el consistorio del próximo 22 de febrero en la que les pide que acojan esta designación, "que no es una promoción", con humildad y que se alejen de cualquier "expresión mundana, de cualquier celebración ajena al espíritu evangélico de austeridad, sobriedad y pobreza".

El Sumo Pontífice, que les transmite su cordial saludo, y asegura su cercanía y oración, espera que al formar parte de la Iglesia de Roma, los purpurados puedan ayudarle con "fraterna eficacia" en su servicio a la Iglesia universal".

"El cardenalato no significa una promoción, ni un honor, ni una condecoración; es simplemente un servicio que exige ampliar la vista y agrandar el corazón. Y, aunque parezca una paradoja, este poder observar más lejos y amar más universalmente con mayor intensidad, se pueden obtener sólo siguiendo el camino del Señor: el camino de la humildad, convirtiéndose en siervo", añade el Papa.

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