Sociedad

Pekín difundió la gravedad del brote dos semanas después de saberlo

  • El presidente Xi Jinping ordenó en privado el plan contra una crisis que podía poner en peligro las finanzas del país

  • El FMI alerta de la caída de la economía mundial por el coronavirus

Una mujer se protege con una mascarilla en el centro financiero de Shanghái.

Una mujer se protege con una mascarilla en el centro financiero de Shanghái. / dave tacon / efe

El brote de coronavirus está suponiendo todo un desafío para las élites del Partido Comunista Chino (PCCh), que pese a luchar con todas sus recursos por detener el virus, han sido blanco de numerosas críticas por la gestión de esta epidemia. El rotativo South China Morning Post informó ayer de que el presidente chino, Xi Jinping, se reunió con la plana mayor del PCCh para discutir sobre cómo atajar la epidemia dos semanas antes de que las autoridades reconocieran que el virus podía contagiarse entre personas, según un discurso interno difundido este fin de semana.

El documento no aclara si los mandatarios estaban al tanto de la celeridad con la que se producían entonces los contagios, pero una investigación publicada por científicos chinos ya había avisado en diciembre que el virus se transmitía con facilidad.

El presidente y la plana mayor del Partido Comunista abordaron cómo atajar la epidemiaUna investigación de científicos ya había alertado de la celeridad del contagio

Xi ordenó de puertas para dentro un plan de contingencia para responder a una crisis que, según el mandatario, no sólo podría perjudicar la salud de los ciudadanos, sino también poner en peligro la estabilidad económica y social del país.

Entretanto, el Ministro de Relaciones Exteriores chino, Wang Yi, pidió desde Múnich que se refuerce la coordinación global ante el brote, y aseguró que las "rigurosas y exhaustivas medidas" que ha tomado el país ya están dando sus frutos.

Sus declaraciones llegan en la víspera de que un panel de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) llegue a Pekín para evaluar y colaborar en los trabajos de prevención en áreas urbanas y rurales, informó Mi Feng, portavoz de la Comisión Nacional de Salud.

Mientras, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, indicó en la ciudad emirato de Dubái que el crecimiento de la economía mundial, estimado en el 3,3% para 2020, podría verse rebajado de entre un 0,1 y 0,2% por el brote de coronavirus, si bien aún es pronto para conocer su impacto. "Quizás (podría haber) un recorte del 0,1 al 0,2% en nuestra predición de crecimiento del 3,3% para 2020", dijo Georgieva, durante una intervención en el Foro Global de Mujeres 2020 en Dubái.

La jefa del FMI indicó que si el coronavirus de Wuhan (Covid-19) se contiene rápidamente, podría haber una caída brusca en la economía seguida de una "muy rápida recuperación", lo que se conoce como una curva V. Sin embargo, consideró que todavía es pronto para saber cuál será el impacto exacto del brote. "Estamos en un mundo con más incertidumbre, tenemos que aprender a construir más predictibilidad (...) La naturaleza del virus es desconocida, al igual que cómo de rápido China puede contenerlo", concluyó.

Desde el gigante asiático, su ministro de Finanzas, Liu Kun, indicó que "es de esperar que los ingresos fiscales del país disminuyan" y que "los gastos aumenten", según recoge la agencia estatal Xinhua, aunque cada vez más analistas independientes pronostican que el virus va a provocar una "brusca desaceleración" en el crecimiento económico del país.

"La actividad económica seguirá avanzando a un ritmo más bajo durante algún tiempo, lo cual pesará sobre el empleo y reducirá las esperanzas de una rápida recuperación", señaló el economista Mark Williams de la consultora británica Capital Economics, que predice "repercusiones globales negativas" por esta crisis. El académico Bingnan Ye apuntó que el virus no se controlará hasta abril y que, en el peor de los casos, "el crecimiento podría caer del 2% al 3% en el primer trimestre y hasta el 5% en 2020".

Entretanto, el país busca la manera de superar la parálisis y volver a la normalidad tras las prorrogadas vacaciones por el Año Nuevo lunar, aunque en ciudades como Pekín la mayoría de los ciudadanos se mantienen aún encerrados en sus viviendas, las calles siguen desiertas y la mayoría de los locales comerciales no han abierto.

Además, todas aquellas personas que regresen a la capital china deben pasar ahora una cuarentena obligatoria de 14 días en casa para ayudar a prevenir contagios.

Preocupa también la abrupta caída en el volumen de viajes que se esperan en el periodo de 40 días conocido como "chunyun" ("transporte de primavera", en chino), que este año es del 10 de enero al 18 febrero.

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