Sociedad

La Policía apunta a una cremallera sin cerrar y el local a un fallo del motor del castillo hinchable

El castillo hinchable del restaurante de Caldes de Malavella (Gerona) en el que murió una niña de seis años pudo haber salido volando y recorrer 40 metros porque una de las cremalleras laterales estaba sin cerrar y dejó salir el aire repentinamente, según fuentes policiales cercanas al caso. La atracción tiene dos ventanas laterales de tela que se cierran con cremallera y velcro, y que sirven para que cuando se quiere desmontar, se pueda desinflar rápidamente.

La principal hipótesis de los investigadores es que una de esas ventanas no se cerrara correctamente y sólo estuviera sellada con el velcro, pero no con la cremallera, y que con el peso de los niños se abriera y dejara ir el aire, creando un efecto globo pinchado. Además, la atracción sólo tenía fijados dos de los seis anclajes, lo que pudo contribuir a que la atracción volara.

Sin embargo, el abogado que representa al restaurante apuntó a un mal funcionamiento del motor del castillo. Sostiene que el motor podría haber funcionado mal y que "hubiera calentado el aire -del hinchable-, provocando que se acumulara en la parte de arriba" de la estructura. Este fenómeno "habría ido tensionando los anclajes y al romperse de repente habría provocado un efecto catapulta".

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