La Policía Nacional se inclina, según sus últimas pesquisas, por que el presunto asesino, Sergio Morate, de las dos jóvenes de Cuenca, Marina Okarynska y Laura del Hoyo, no contó con colaboración de una segunda persona para trasladar y ocultar los cuerpos de sus víctimas desde su domicilio a la orilla del río Huécar donde fueron halladas sin vida.

Las sospechas de una posible colaboración se centraron en un ex compañero de cárcel que comenzó un permiso de salida de prisión justo cuando se produjo el doble crimen. La Policía le tomó declaración y este recluso, de nacionalidad colombiana, se desvinculó de los hechos. Aseguró que había pasado esos días en Alicante, donde se desplazó para ir a un concierto. Los agentes pudieron constatar que su coartada era cierta.