lucha contra el cambio climático Los recortes afectan a las políticas ya aprobadas

El clima sigue buscando justicia

  • Los países africanos confían en que la Conferencia de Durban sirva para que los responsables del calentamiento compensen a los que más sufren sus efectos

Informes de la ONU aseguran que los países más pobres del planeta son los que más sufrirán los efectos del calentamiento global, muchos de ellos en África. Y eso pese a que son los que menos han contribuido al cambio climático, pues el continente apenas ha desarrollado una industria propia.

Muchos africanos se sienten por ello como víctimas del resto del mundo, después de que el continente ya sufriera el colonialismo. Pero ahora esperan recibir por lo menos dinero para poder afrontar mejor en el futuro tormentas, riadas y sequías.

La creación de un fondo para el clima se aprobó en 2010 en la conferencia sobre el cambio climático de Cancún, México, aunque ahora en la cumbre de Durban se discute acaloradamente sobre sus estructuras.

"Según nuestros cálculos, de aquí a 2020 entre 75 y 250 millones de personas serán víctimas en África de la falta de agua atribuible al cambio climático", dijo el presidente del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático, Rajendra Pachauri.

Los ingresos por agricultura podrían caer en muchos lugares hasta en un 50%, mientras crecen las inundaciones y la sequía, que ya hoy afectan a los países pobres. "Es una cuestión de vida o muerte", afirmó el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, al comienzo de la conferencia.

Ante los horrorosos pronósticos, la 17 conferencia de la ONU sobre el clima tiene como prioridad especial al Fondo Verde del Clima, con cuyo dinero se financiarían en los países pobres mejores sistemas de canalización contra las inundaciones o cultivos más resistentes o que necesiten menos riego. Además, se apoyarán proyectos energéticos alternativos que protejan el clima.

De todas maneras, todavía no se ha conseguido un acuerdo y expertos como Stefan Krug de Greenpeace consideran que "las probabilidades de un fracaso son muy altas".

En la cumbre del clima de Copenhague se acordó ya un fondo de ayuda de 30.000 millones de dólares (unos 22.000 millones de euros), para el periodo comprendido entre 2010 y 2012. El objetivo era poner a disposición de los países en vías de desarrollo medios para luchar contra el cambio climático y canalizar su desarrollo hacía formas respetuosas con el medio ambiente.

Sin embargo, instituciones africanas aseguran ahora en Durban que se prometió mucho dinero, pero que sigue sin llegar. Organizaciones de ayuda al desarrollo creen que una gran parte del dinero prometido cambiará ahora de etiqueta y pasará a llamarse ayuda para el clima.

En conclusión al fondo inicial de Copenhague, el llamado Fondo Verde del Clima tendría que crecer de 2013 a 2020 hasta alcanzar los 100.000 millones de dólares anuales. No obstante, en Durban se debate agitadamente al respecto, al tiempo que queda claro que las expectativas africanas son todavía mucho mayores.

"Necesitamos entre 500.000 y 600.000 millones de dólares anuales", subrayó el portavoz del grupo para África de la conferencia, Seyni Nafo, quien consideró que 100.000 millones son sólo "una cifra política simbólica" que no se corresponde de ninguna manera con las necesidades reales. Según dijo, se esperan más ayudas sobre todo de los europeos.

Pero con todo, ni siquiera los 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020 están asegurados. Una comisión formada por 40 expertos desarrolló desde el pasado abril un concepto para el fondo, en el que se incluyen cuestiones organizativas y de financiación.

De un posible fracaso se responsabiliza sobre todo a Estados Unidos.

Venezuela y otros países latinoamericanos, además de Arabia Saudí cuestionan de nuevo todo. También el ministro de Finanzas sudafricano, Trevor Manuel, habló de un resultado "por debajo de lo óptimo".

Los estadounidenses desconfían del plan presentado en la conferencia, al considerar que está lleno de "errores y contradicciones", en palabras de su negociador jefe norteamericano Jonathan Pershing. Washington quiere que el Banco Mundial, pero sobre todo donantes privados, participen en el fondo. Pero justo eso es lo que rechazan Venezuela y otros países.

Grupos ecologistas temen también que con el supuesto intento de mejorar el borrador del fondo, lo que se pretenda sea evitar su creación o postergarla. "Cada año en el que no pasa nada, nos cuesta un billón de dólares a nivel global. Y cada año de retraso en la adaptación a las sequías, inundaciones y otras consecuencias del clima sólo hará crecer esa cantidad", advirtió Ferrial Adam, de Greenpeace Sudáfrica.

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