Los alumnos españoles son los europeos que en mayor proporción, un 50 por ciento, eligen universidad por "cercanía" a su residencia habitual, mientras que los británicos son los que más tienen en cuenta el "prestigio" de la institución donde quieren estudiar, un 30 por ciento.

También son españoles los más escépticos con la formación, pues un 54 por ciento cree que la universidad "no prepara adecuadamente" para la vida profesional (62 por ciento en Económicas), frente a un 22 por ciento de los matriculados en el Reino Unido, según un estudio de la Fundación BBVA efectuado igualmente en Alemania, Francia, Suecia e Italia.

Pese a ello, los españoles se sienten satisfechos con los estudios que cursan (7,3 puntos en una escala de 0 a 10) y confían moderadamente (6,6 por ciento) en encontrar un trabajo afín a los mismos.

Junto a los italianos, son los que más aprecian cursar enseñanzas superiores; los españoles conceden un 6,6 a su propia universidad y lo menos valorado es la bolsa de trabajo y orientación profesional (5,3).

Sobre el Espacio Europeo de Educación Superior, los españoles respaldan fundamentalmente la movilidad (7,2 puntos), pero no aprueban el sistema de tres ciclos (grado, máster y doctorado), igual que los alemanes.

En general, los universitarios de estos cinco países consideran insuficiente la información de cómo llegar a ser investigadores, principalmente los españoles (4,1 puntos). Los alumnos de Italia, Francia y España "suspenden" el apoyo de los poderes públicos a los científicos.

Aparte, españoles e italianos están a la cabeza de quienes viven con los padres, un 70 por ciento, frente a un 10 por ciento de suecos.

Los estudiantes del sur son los que menos trabajan de forma remunerada o con prácticas en empresas: 64 por ciento en España y 59,5 por ciento en Italia, así que sus recursos principales proceden de la familia.

En Suecia, los créditos del Gobierno representan el 29 por ciento de los ingresos del alumno.