Sociedad

Un fármaco podría evitar 5.000 casos de cáncer de mama al año en España

  • El nuevo tratamiento, que se administra a mujeres sanas, reduciría un 65% la aparición de esta enfermedad en el país y tiene menos efectos secundarios que los anteriores

El uso de determinados fármacos en mujeres sanas podría reducir en un 65% la aparición de cáncer de mama, según un estudio, que estima que con estas terapias preventivas en España se podrían evitar 5.000 nuevos casos al año. Estas son algunas de las principales conclusiones de un estudio internacional en el que han participado 4.560 mujeres de España, Estados Unidos, Francia y Canadá, y que fue presentado ayer en Madrid por el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama.

El estudio MAP.3 analiza los beneficios de la "quimioprevención", en concreto con un fármaco inhibidor de la aromatasa llamado exemestano, cuyos resultados fueron publicados recientemente en la revista The New England Journal of Medicine.

El ensayo, que comenzó en 2004 y en el que han colaborado 432 españolas, muestra una reducción del 65% en los índices de aparición de esta enfermedad, un tipo de cáncer del que se diagnostican al año en todo el mundo 1,3 millones de casos y por el que fallecen cerca de 500.000 mujeres.

Las conclusiones indican que el exemestano es "una prometedora nueva vía para prevenir esta enfermedad en mujeres posmenopáusicas, que tienen un mayor riesgo de desarrollarla", según sus autores.

Todas las mujeres elegidas para este estudio son posmenopáusicas, con una edad media de 60 años. A todas ellas se les dio una pastilla del citado medicamento durante cinco años -aunque a los tres años los datos eran ya concluyentes-, y de las 4.560 mujeres reclutadas 43 desarrollaron la enfermedad. En España, de las 432 mujeres escogidas, hubo 11 casos que acabaron desarrollando el tumor.

"Hay que subrayar que la mayoría de estos casos se detectaron en estadio precoz, ya que son mujeres a las que se les hacía una mamografía anual", según José Enrique Alés, coordinador del estudio en España, quien dijo que es "probable, aunque aún tenemos que analizar los datos con más profundidad, que el tratamiento con exemestano impida también la aparición de tumores más agresivos".

Para participar en este trabajo se consideraron, entre otros, los siguientes factores de riesgo: edad de la mujer, la edad de la primera regla, a la que tuvo el primer hijo, el número de biopsias de mama a que se ha sometido y tener antecedentes familiares de primer grado con cáncer. De las 4.560 mujeres, a dos tercios se les eligió bajo el criterio exclusivo de ser mayor de 60 años, al resto con dos o más factores de riesgo.

Hasta ahora el tratamiento farmacológico para prevenir el cáncer de mama en mujeres de alto riesgo consistía en administrar tamoxifeno y raloxifeno, pero sólo en EEUU. El fármaco utilizado en este estudio (exemestano) se utiliza para tratar el cáncer de mama pero no para prevenir la enfermedad.

A diferencia del tamoxifeno y raloxifeno, el fármaco de este trabajo tiene menos efectos secundarios que los primeros. Además de la "eficacia demostrada por exemestano" en la prevención del cáncer de mama, los datos de seguridad "han sido excelentes": "todo apunta a que este inhibidor produce menos osteoporosis que otros inhibidores", según el doctor Alés.

No obstante, todos los fármacos tienen efectos secundarios y en el exemestano, los más frecuentes fueron los dolores articulares y musculares, que se dieron en aproximadamente un 30% de mujeres.

Los resultados fueron similares entre las mujeres norteamericanas y europeas. "Podemos estimar que en nuestro país se podrían evitar entre 5.000 y 10.000 nuevos casos de cáncer de mama al año", recalcó Alés.

Los responsables de este estudio ahora esperan que el exemestano sea aprobado para este fin, aunque los expertos creen que podría tardar años en conseguirlo en España.

En cuanto al precio, los expertos calculan que en EEUU este tratamiento podría costar 600 dólares al año por cada mujer el tratamiento con exemestano.

Preguntado el investigador principal, Paul Goss, sobre si no es arriesgado que en un futuro las mujeres tomen una pastilla diaria tan sólo por tener más de 60 años, explicó que en el primer año de tratamiento el riesgo se reduciría un 16% y el segundo un 32%, y así gradualmente.

Los efectos de prevención del nuevo fármaco duran años y si no hay apenas efectos secundarios y la mujer se siente bien, "¿por qué no tomarlo?", se preguntó el investigador.

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