Sociedad

El 'cooperante' Torra pone zancadillas al Ejército y la Guardia Civil ante la pandemia

  • La Generalitat frena dos hospitales montados por la UME y el Instituto Armado 

  • La CUP y sus satélites acusan a las Fuerzas Armadas de "usurpar la protección civil"

Efectivos de la Guardia Civil montando un hospital de campaña en el polideportivo de San Andreu de la Barca este miércoles.

Efectivos de la Guardia Civil montando un hospital de campaña en el polideportivo de San Andreu de la Barca este miércoles. / M. G.

El independentismo, con Quim Torra a la cabeza, pone chinitas sin cesar en el pie del zapato del despliegue de fuerzas del Estado en Cataluña para frenar al coronavirus por mucho que el president se vista de cooperante.

Llueve sobre mojado. La semana pasada la Generalitat ordenó retirar unas tiendas que había instalado el Ejército en un pabellón de Sabadell, con la excusa de "motivos técnicos" y anunciaba paneles más fuertes y cómodos para los pacientes y personal sanitario. La decisión retrasó el desarrollo de los nuevos equipos y concitó numerosas críticas, empezando por las de la alcaldesa de la ciudad.

La consellera de Salud, Alba Vergès, negó el miércoles en el Parlamento catalán que el Govern haya rechazado “la ayuda de nadie” y esgrimió “criterios técnicos", los mismos con los que este jueves se ha frenado a la Guardia Civil en la construcción de otro hospital de campaña, en el municipio barcelonés de Sant Andreu de la Barca (27.000 habitantes). El Instituto Armado ha aportado 140 somieres, colchones, almohadas y 80 mesas para levantar un nuevo milagro sanitario, en el polideportivo de la localidad.

Este municipio, como Sabadell, forma parte del cinturón industrial de Barcelona, donde los socialistas catalanes se afianzaron en las elecciones locales del 26 de mayo de 2019. El regidor, Enric Llorca, ha censurado la "grave irresponsabilidad" de la Generaliat con su rosario de trabas. 

Las campañas de crítica contra los militares se suceden a un ritmo igual que la demanda de ayuda a los mismos. La organización Poble Lliure, por ejemplo, el mayor partido de los que componen la CUP ha distribuido un cartel con el lema Fuera militares de los Països Catalans y acusa al Gobierno del PSOE-Podemos de aprovechar la pandemia para "promover el patriotismo español y la adhesión a sus políticas de recentralización”.

Un 155 encubierto

El posicionamiento de la CUP discurre entre las aguas bravas del secular rechazo a las Fuerzas Armadas de los actuales gobernantes catalanes. Junts per Catalunya (JxCAT) incluso ha acusado al mando único del Gobierno central de aprovechar la crisis sanitaria para enviar al Ejército y aplicar por ende de manera encubierta el artículo 155 de la Constitución.

Además de la CUP, desde las redes de apoyo mutuo, que han tomado momentáneamente el testigo de los llamados Comités de Defensa de la República (CDR) se alimenta la fobia al Ejército. Una de estas redes enviaba un mensaje a sus activistas este miércoles pasado: "Ante la crisis del coronavirus, el Gobierno decide sacar el Ejército español a la calle, usurpando funciones de los sistemas de emergencia y protección civil”.

Pero la propagación del virus le desmintió rotundamente y la Generalitat dio un giro de 180 grados hasta el punto de pedir auxilio a la UME, mayormente para el talón de Aquiles en la lucha contra la pandemia: las residencias de ancianos, con más de 900 muertos a cuestas.

El PDeCAT mantiene un peril bajo, no así JxCat. La formación que teledirige el ex president Carles Puigdemont desde su refugio en Waterloo no para de lanzar soflamas incendiarias. “El Ejército está pagado por todos los ciudadanos, también por los catalanes, y debe estar al servicio de las autoridades. Se le llamará cuando sea necesario”.

ERC, uno de los apoyos vitales del Gobierno de Pedro Sánchez, también ha echado el freno, aunque subraya que hay que tener muy presente que en Cataluña se vincula a los militares a una ideología muy concreta que no conecta con la mayoría de catalanes. Su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, anunció el pasado 18 de marzo seis medidas para luchar contra el coronavirus, entre ellas  reducir en un 40% el presupuesto militar para dedicarlo íntegramente al sistema público de salud.

Este jueves, en el pleno que ha dado luz verde a la prórroga del estado de alarma decretada por el Gobierno, Rufián ha indicado que la pandemia "no tiene ideología, ni banderas". "Y si nos pilla sin medios, no es por el ataque de antipatriotas, sino por los recortes de los patriotas", ha remachado.

La estelada no dejan de ondearla entre miles de muertos por la pandemia, 3.148 en Cataluña hasta este jueves. Los independentistas no dejan de sacar pecho y se permiten el lujazo de presumir (la consellera Vergés en el Congreso este miércoles) del "crecimiento brutal" de la capacidad del sistema de salud catalán en camas de UCI, espacios, profesionales, material sanitario e investigación.

Torra ha prometido este jueves por su parte “trabajo, colaboración y cooperación” a Pedro Sánchez. tras la llamada del presidente para alcanzar un "gran acuerdo" de cara a la reconstrucción del país tras el coronavirus. Toda una garantía de calidad.

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