Sociedad

Jóvenes con enfermedades de ancianos: las consecuencias de la mala alimentación

El sedentarismo y la comida hipercalórica, los principales ingredientes para el desastre sanitario juvenil.

El sedentarismo y la comida hipercalórica, los principales ingredientes para el desastre sanitario juvenil.

Esta generación de jóvenes no está teniéndolo nada fácil. El mercado laboral pasa por una etapa muy complicada, y parece que pudiera incluso empeorar. Además, el Covid-19 ha causado serios efectos psicológicos en toda la sociedad. Tener que pasar meses sin poder salir de casa nos ha recordado de lo efímero y frágil de todo lo que sostiene nuestro mundo.

Además, generaciones anteriores recuerdan a los jóvenes constantemente lo "débiles" que son y siempre se termina llegando a comparaciones en las que el joven sale perdiendo y se busca anular e invisibilizar cualquier razón que este joven tenga para sentirse inseguro o inquieto.

Sin embargo, estos factores económicos, sociales y laborales no son las únicas amenazas a afrontar por parte de la juventud. Ahora, los hábitos alimentarios a los que acostumbran están empezando a manifestar sus nocivos efectos.

Desde la diabetes hasta enfermedades tan graves como el cáncer están comenzando a darse en jóvenes de alrededor de 20 años, y muchos de estos casos se vienen precedidos por unos hábitos alimentarios nocivos desde las edades más tempranas.

¿Cuál es el origen de la mala alimentación de los jóvenes?

Esta mala alimentación, de acuerdo con Emilia Gómez Pardo, nutricionista y doctora en Bioquímica y Biología Molecular se debe a un "marketing depredador", tal y como ha señalado en su entrevista para El País. Esto se basa en que los jóvenes se encuentran expuestos a diario a anuncios de todo tipo que promueven el consumo constante de alimentos hipercalóricos (la conocida comida rápida).

Este marketing, a su vez, deriva en los hábitos nutricionales que tanto afectan, especialmente a largo plazo, al desarrollo del organismo de los más jóvenes. Los efectos perjudiciales de este tipo de hábitos se manifiestan en diferentes patologías antaño asociadas a edades más avanzadas. Entre dichas patologías, se destacan el cáncer, diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares y respiratorias diversas a edades cada vez más tempranas.

En definitiva, la evolución, o casi involución, de la alimentación en la actualidad está suponiendo una carga extra para los jóvenes que tanto sufren de un contexto complicado en lo económico y social. La única manera de detener estos efectos es la responsabilidad individual, sin embargo, y por ello se deben llevar adelante iniciativas varias que inciten a los jóvenes a comer saludable y mantener la actividad física para evitar futuras complicaciones sanitarias.

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