Sociedad

El jurado absuelve a un hombre acusado de dejar morir a su esposa enferma en Manresa

Juicio por violencia machista.

Juicio por violencia machista. / Luis Tejido (Efe)

El tribunal popular ha declarado no culpable, por siete votos a dos, al hombre a quien la Fiscalía acusaba de homicidio por haber dejado morir a su esposa enferma en 2018 en Manresa (Barcelona), sin atenderla durante meses.

Tras conocerse el veredicto, el magistrado presidente del tribunal ha absuelto in voce al acusado, L. F. C., para quien el ministerio público pedía 13 años de cárcel por un delito de homicidio.

Por su parte, la Fiscalía todavía debe decidir si recurrirá la sentencia, una vez la tenga por escrito y pueda analizarla.

El juez, que ha explicado al acusado que el jurado ha decidido que no es culpable de dejar morir a su esposa y que la sentencia sólo puede ser absolutoria, ha aprovechado para reconocer el trabajo del abogado defensor, del turno de oficio.

L. F. C. se enfrentaba a una petición de 13 años de cárcel solicitada por Fiscalía por el delito de homicidio, al asegurar que el acusado, "pudiendo actuar" para evitar la muerte, no lo hizo, a sabiendas de que su "inacción" podía "derivar necesariamente" en el fatal desenlace.

El Ministerio Público sostenía que el acusado obvió durante meses "el deber de cuidado y la obligación de velar por su esposa", que no podía moverse por sus problemas de salud, y la dejó totalmente desatendida a sabiendas de que de esa forma podía morir.

El Fiscal señaló en su informe que el acusado no contaba con "ninguna enfermedad mental" y, ante la posibilidad de que sufriera un síndrome de Diógenes no diagnosticado, aseguró que, aunque vivía en condiciones muy antihigiénicas, cuando se manifiesta este trastorno "no se puede entrar a la casa" por la "acumulación" de trastos y "porquería", y no era el caso.

Por su parte, el letrado de la defensa explicó en su informe que el acusado "no quería matar a la esposa", "no quería lesionar a la señora" e insistió en que sufría un síndrome de Diógenes que no estaba diagnosticado y que se trataba de una persona en riesgo de exclusión social, según los servicios sociales.

Además, señaló que el Ministerio Público no aclaró cuál había sido la motivación para querer matarla y, además, recordó que la mujer fallecida tenía un carácter fuerte y que se negaba a recibir atención sanitaria, actitud que mantuvo hasta el último momento, cuando fue ingresada en el hospital en el que murió.

La negativa de la mujer a recibir atención médica la avalaron una trabajadora de servicios sociales y la doctora que la atendió cuando ingresó en el hospital donde falleció, a las que, en ambos casos, ésta les dijo que ella era sanitaria y que "controlaba", y que como era médico "no se tenía que actuar".

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