Coronavirus

Siete de cada 10 personas seguirán usando mascarilla cuando dejen de ser obligatorias

Varias mujeres hacen la compra equipadas con mascarillas.

Varias mujeres hacen la compra equipadas con mascarillas. / José Ángel García

Pronto, muy pronto podremos ir por la calle sin mascarillas. Al menos no tendremos la obligación de hacerlo como hasta ahora. Puede ser este mismo de junio, en julio o en agosto, pero la evolución de los datos Covid y el ritmo de vacunación son indicadores bastantes optimistas como para pensar que ese momento está más cerca de lo que podíamos pensar en un principio.

No será el final de las mascarillas, que tanto afectan al medio ambiente y a la salud humana en el uso prolongado y diario de las mismas, pero si empezaremos a sentir que la vida recupera parte de la normalidad pre-pandemia, cuando también podíamos observar en ocasiones a ciudadanos de otras partes del planeta con mascarillas mientras hacían turismo en nuestro país.

En España, toda vez que los ciudadanos ya indicaron en su día que se habían adaptado bien a la utilización de la mascarilla, una amplia mayoría tampoco está dispuesta a invertir la dinámica de una forma abrupta y en el estudio Tendencias Cofares 'Un año de COVID-19 (III): Hábitos sobre el uso de la mascarilla' del que se hace eco EFE Salud, el 71,8 % de los participantes asegura que seguirá usando mascarilla cuando dejen de ser obligatorias.

Esta tipo de encuesta llevada a cabo por la distribuidora líder del sector farmacéutico se realiza de forma periódica para constatar la evolución del pensamiento y las sensaciones del ciudadano respecto a diversos asuntos sanitarios.

Aunque el muestro data de finales de febrero y principios de marzo y el grado de optimismo desde entonces ha aumentado ostensiblemente, lo cierto es que la cautela forma parte aún del grueso de la población, ávida de poder caminar sin mascarilla y respirar aire puro en lugares abiertos y con distancia de seguridad, pero conscientes del riesgo que sigue suponiendo para su salud no llevar mascarillas en lugares cerrados en los que las posibilidades de contagio se multiplican. 

Datos en Andalucía 

A pesar de lo que pudiera parecer, los datos de las encuestas muestran que son los más jóvenes los que mejor se han adaptado al uso de la mascarilla, con un nivel de tolerancia del 74,2%, mientras que esta cifra disminuyo conforme aumenta el rango de edad, hasta alcanzar el 65% de adaptación por parte de los adultos mayores de 55 años. 

Son los más jóvenes los que mejor se han adaptado al uso de la mascarilla, con un nivel de tolerancia del 74,2%

Respecto al tipo de mascarilla que prefieren usar los ciudadanos la moda inicial de la mascarilla de tela parece haberse difuminado, entre exigencias legales y advertencias sanitarias respecto a su uso. Únicamente un 21,5% se decantan por este tipo de protección, mientras que el restantes casi 80% se lo reparten casi en la misma proporción las FFP2 y las quirúrgicas. Así, en Andalucía, uno de cada dos personas apuestan por seguir llevando la mascarilla FFP2

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