"Los resultados de 2009 fueron tan malos que la comunidad educativa andaluza se ha puesto las pilas en tres años". Éste es el resumen que realiza Antonio Villar del avance conseguido por los alumnos andaluces en el último informe PISA. Este catedrático de Análisis Económico de la Universidad Pablo de Olavide (UPO) ha participado en la elaboración de dicho informe. Su cometido ha consistido en aplicar los datos de las evaluaciones al contexto social de los centros en los que se han realizado las pruebas.

En Andalucía se han sometido a dichos exámenes un total de 1.434 alumnos de 15 años (en el último curso de Secundaria), cifra que según la Consejería de Educación supone la quinta parte de los estudiantes españoles que han participado en la muestra. Para Luciano Alonso dicho porcentaje explica la contribución de la comunidad andaluza en el avance estatal para la convergencia con la OCDE. El número de centros en los que se han llevado a cabo las pruebas ha sido de 52, de los cuales 38 son públicos y 14 concertados.

Una vez que se obtienen los datos de las evaluaciones, el Ministerio de Educación encarga a un grupo de expertos que los relacionen con el entorno socioeconómico de los alumnos para conocer la incidencia que dichos factores tienen en los resultados académicos. Para ello, según explica el catedrático Antonio Villar en su artículo El Desarrollo Educativo en España, se han de medir el rendimiento (el resultado en la prueba), la equidad (la influencia del entorno) y la calidad (el número de alumnos que logran la mejor posición respecto a los que se encuentran en el nivel más bajo). En relación a este último aspecto, Andalucía también ha logrado avanzar en el último informe, al aumentar el grupo de los estudiantes más excelentes (un 20% del total de los evaluados en las tres disciplinas) y reducir el de los peores resultados (ninguno supera ya el 30%).

Antonio Villar concluye que en Andalucía las condiciones socieconómicas del escolar adquieren el mismo peso que en otras comunidades, debido en gran medida a los programas puestos en marcha por la Junta en la última década. En cuanto a la mejora de los resultados, hace hincapié en la alarma que se suscitó en 2009 por los malos resultados que arrojaba el PISA, "lo que obligó a establecer medidas correctoras que están dando sus frutos".

Sobre si la Lomce logrará que los datos mejoren o -como advirtió ayer el consejero- empeoren, el catedrático de la UPO considera que es "pronto" para dilucidar sus efectos. Villar lamenta que en esta ley "haya sobrado debate político y hayas faltado discusión técnica". Además, insiste en que el ministro Wert ha sido "el peor enemigo" de la ley.