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Málaga: el andén 9 y ¾
Después de todo el tiempo, de toda la inversión y toda la paciencia, cabía esperar una estación de metro digna de las pirámides de Guiza, de los jardines colgantes de Babilonia, del Taj Mahal. Pero no. Málaga: la ciudad de los famosos. Réquiem por un mandaloriano.
Málaga: la ciudad de los famosos
Nunca los quince minutos de fama que vaticinó Andy Warhol para todo el mundo habían tenido tanto sentido como aquí, donde es difícil no sentirse parte del espectáculo inagotable. Pero no tenemos la culpa de parecernos tanto a George Clooney. Réquiem por un mandaloriano. Málaga y el progreso.
Réquiem por un mandaloriano
Uno cree todavía a estas alturas que quienes vienen a poner a Málaga en el mapa saben hacer las cosas, respetan los principios y observan las costumbres, pero a veces la realidad es muy distinta además de tozuda. Málaga y el progreso. La Málaga de quince minutos.
Málaga y el progreso
La ciudad ha asimilado con decisivo éxito el modelo orteguiano: a lo grande y con objetivos cada vez más elevados. Pero si hay algo más mutante que la propia Málaga es la misma idea de progreso. La Málaga de quince minutos. Málaga: fuera del escaparate.
La Málaga de quince minutos
En gran medida, plantear la revolución de la proximidad en la ciudad significa atender a una cuestión ya hecha. Pero, de nuevo, hay que distinguir entre ciudadanos y clientes. Málaga: fuera del escaparate.
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Málaga: fuera del escaparate
En un barrio como Carranque el tiempo pesa mucho más que en el centro: aquí, la ciudad parece detenerse en el mismo horizonte de siempre, lejos del esplendor pujante de una urbe más grande pero a la vez más estrecha. La Málaga de los 600.000 malagueños.
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La Málaga de los 600.000 malagueños
Pues está aquí, en los barrios, en enclaves como la plaza de Bailén, a un paso de la Trinidad, donde la magia de Google y de los cruceros no significan mucho aunque la vida sigue con sus rituales acostumbrados. Memoria del 37.
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El lujo de vivir en Málaga
También aquí la responsabilidad ciudadana tiene mucho que decir, pero, mientras tanto, nos consolaremos pensando que esta versión de Málaga es mucho mejor que las anteriores (dónde va a parar). Málaga: la revolución de la amabilidad.
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Málaga: la revolución de la amabilidad
Sí, la atención y la buena educación son armas políticas, transforman ciudades, estimulan la participación, fomentan el espíritu crítico y agitan lo que parece anquilosado: por eso son necesarias. Málaga: amnesia y oportunidad.
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Málaga: amnesia y oportunidad
En una ciudad señalada como novedad constante resulta muy difícil fijar una identidad, lo que sin duda procura algún consuelo, aunque también acarrea ciertos riesgos indeseables. Málaga: la ciudad invisible.