La entidad no cuenta con confirmación oficial, pero ya tiene marcada una línea de trabajo ante esa opción.

Con todo por decidir por arriba y por abajo, la posible entrada de espectadores abre un debate intenso por el inevitable agravio comparativo. El Cádiz-Huesca (8 de mayo) podría ser uno de los partidos elegidos para experimentar con 5.000 personas.

Tres de ellas guardan relación directa con el proceso para el cambio de nombre del Estadio Carranza. Otra denuncia se realizó en marzo al carecer la plantilla municipal de un delegado de protección de datos.

Cientos de aficionados se agolpan en los aledaños del estadio para recibir a los equipos cuando la recomendación de las autoridades es clara para evitar este tipo de concentraciones.

Los amarillos aguardan a un rival cuestionado por la Superliga, en un partido descafeinado por las bajas.

Martín Vila reconoce que el proceso que se paralizó incumplía la Ley de Protección de Datos y anuncia que se retomará "en el punto en el que quedó". Los posibles nombres serán La Tacita de Plata, Bahía de Cádiz, Nuevo Mirandilla, Gadir, Ciudad de Cádiz, Gades, De la Laguna y La Pepa.

El club aguarda con cautela y está listo a la espera de que sea posible el regreso del público.

Aún hay una remota posibilidad de que el público regrese a las gradas este curso con un aforo limitado.

El defensa ex amarillo expone las dificultades que el Eibar se va a encontrar en Carranza.

Una de las piezas claves de Mendilibar se rompió ante el Huesca y no estará en Carranza.