Opinión

Cuando la tecnología no basta para transformar un sector

  • Vivimos desde hace años, gracias a Internet y las nuevas tecnologías, una época de constante cambio y evolución en múltiples sectores

  • Empresas del ámbito de la música, telefonía, transportes o banca, entre muchos otros, se han subido al carro de la transformación digital y han revolucionado por completo sus sectores

Luko

Luko

Hubo una época en la que los fines de semana ibas al videoclub y alquilabas por unos 3 euros un DVD para ver con tu familia en casa. Al día siguiente, volvías al videoclub y lo devolvías. Esto es, a día de hoy, prácticamente inimaginable y la razón tiene nombre: Netflix.

Esta plataforma cambió para siempre la manera de consumir cine o cualquier otro contenido audiovisual, gracias a que ha sabido aprovechar el auge de Internet y, sobre todo, ha entendido las necesidades del usuario. Logró así transformar no sólo un sector, sino la manera en que culturalmente se entendía el consumo de cine y series a la carta, convirtiéndose en la empresa que todos conocemos hoy.

Vivimos desde hace años, gracias a Internet y las nuevas tecnologías, una época de constante cambio y evolución en múltiples sectores. Empresas del ámbito de la música, telefonía, transportes o banca, entre muchos otros, se han subido al carro de la transformación digital y han revolucionado por completo sus sectores. Entonces, ¿podemos afirmar que la transformación de cualquier sector se debe únicamente a la aplicación de la tecnología? Creo firmemente que no. La tecnología no es la única condición suficiente y necesaria para la transformación de un sector. Va más allá de ello.

La transformación en un sector (sea cual sea), trata sobre cambiar fundamentalmente una compañía. Ese cambio debe ser tan profundo - y no solo a nivel tecnológico - que su impacto implique una metamorfosis en el imaginario cultural de la sociedad. Todo ello con un único y claro objetivo: ofrecer un valor añadido a los consumidores del siglo XXI, que puede venir dado en muchas formas y matices.

Podemos ver ejemplos en las compañías que fueron pioneras en la transformación completa de sus respectivas industrias: Netflix, Spotify, Apple, Uber, etc. Son empresas cuyo objetivo era ir mucho más allá de una innovación tecnológica. Su visión tenía que ver con un profundo cambio cultural y de ideas, y fue solo gracias a la visualización de estas por lo que lograron usar la tecnología - y otras cuestiones - a su favor para llevarlas a cabo.

Precisamente por esto, es por lo que los usuarios del siglo XXI nos hemos vuelto mucho más exigentes, subiendo el listón de lo que demandamos por parte de las empresas. No solo queremos un buen producto, rápido y eficaz, también queremos un servicio excelente y adaptado a nuestro estilo de vida, que además sea llevado por una empresa que nos escuche y lleve sus valores y la ética por delante.

Seguros del hogar

Pongamos como ejemplo los seguros de hogar. Es conocido que es un sector que se ha quedado anclado en el tiempo: el contacto por teléfono a la hora de contratar, el papeleo, las esperas y la ineficiencia, son problemas que muchos otros sectores, como los bancos, están solucionando gracias a la transformación digital.

Las aseguradoras han aplicado un modelo similar y ya han empezado a implementar nuevas tecnología, apps y procesos más optimizados. Entonces... ¿qué es lo que está pasando? ¿Por qué los seguros de hogar están anclados en el pasado y aún no podemos hablar de transformación?

Porque transformación y tecnología NO son sinónimos.

La transformación de un sector, es tecnología, sin lugar a dudas, pero no basta sólo con ello. Como decía antes, la verdadera transformación necesita de un cambio de comportamiento de todos los stakeholders, una nueva cultura y organización, más alianzas que apoyen tu idea, herramientas que la optimicen, tener conciencia social y medioambiental y, sobre todo, un equipo que entienda tu proyecto.

Por lo tanto, si queremos transformar un sector, y sigo con el de los seguros, se tienen que borrar completamente las ideas preconcebidas y empezar desde cero con un nuevo paradigma basado en lo que los usuarios demandan: poco papeleo incomprensible, seguridad a la hora de tener siniestros, un servicio reactivo y poder dejar sin ninguna condición el servicio si no estás contento con él.

Poco a poco, y en un sector tradicionalmente estático y lento en su progreso, han ido surgiendo nuevos players como Luko, cuya razón de ser no es otra que la de cambiar el sector. Pese a que aún queda mucho camino por recorrer, no me cabe duda alguna de que de aquí a un tiempo, el hecho de tener que esperar un año para cancelar tu seguro nos parecerá tan ajeno, como nos lo parece ir hoy a un videoclub para alquilar una película.

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