TV-Comunicación

Condena por reincidentes

  • La Nochevieja de la Marmota: José Mota, con momentos lucidos, siguió la senda de los últimos años; Telecinco sirvió una cena 'De Luxe' y Canal Sur, copla y copla

La pantalla cada día del año es plana y, salvo excepciones, insulsa por vacía. Siempre quedan recovecos, pero en Nochevieja el riesgo se multiplica. Estaba cantado que La última cena con la princesa de Vulgaria y Jorge Javier en Telecinco no iba a ser un programa de la BBC, pero lo de El Golosina vestido de burbuja de cava es para encargar un documental socioilógico a David Attenborough. Quienes perpetran sus fechorías a lo largo del calendario se ceban en la noche de los matasuegras. Todas las cadenas deberían ser multadas por actitud reincidente en este pasado 31.

Telecinco innovaba a su manera: Mila Ximénez hace un mes dijo que había abandonado la televisión, ja, pero, cáspita, despidió el año a moco tendido hablando con una hija por teléfono ante toda España. A Karmele la cortaron en dos en un número de circo. Lo suyo. Y el ídolo de Vulgaria dio paso a las uvas bailando el Waka-waka, después de conectarse con la casa de Gran Hermano, que ya tiene su canal informativo de 24 horas. Por eso y por muchas cosas más, muchas gracias, Iniesta.

José Mota también vivió en 2010 su mejor año y también reincidió en sus recursos habituales para ¡Estamos contentos? Se quería centrar en Rajoy y Zapatero, pero la parodia política nunca ha sido lo suyo. Su Rubalcaba sí es para enmarcar, que para eso protagonizó los mejores momentos de la noche de la marmota. Tan vieja. Al manchego le va más la caricatura directa, la canción del Papa Americano, las ínfulas de las Mujeres ricas aberronchadas contra el rocaje vivo o el anuncio de Evax convertido en un enfrentamiento entre recaudadores y contribuyentes. ¿Puede haber una fusión entre Cuatro y La 1? El Hormiguero con Mario Vargas Llosa (el propio Pablo Motos, mudo, qué bien), fue otro pespunte de purpurina. Andaban entre cruces y rayas los personajes de ese Pulp Fiction cuestionándose por la "recochura": una preocupación a tres cuartos. Para otra noche marmotera, Mota debería tener recochura consigo mismo. No debería dormirse en los laureles, ni en las canciones de Blasa-Lady Faja ni en ese Rey fan de las posturas de Chiquito.

La auténtica absorbida, Cuatro, se entregaba a las curiosidades de Callejeros, cada vez más previsibles, y a un apéndice nocturno de Tonterías las justas, con el escote de Anne Simón más turbador de todo el año para los adolescentes. La más mona de la noche entre todas las cadenas fue Romina Belluscio. Ains, acabará en Telecinco, escapando de los corchopanazos de los tontacos.

La última cena de Telecinco recordaba bastante aquella polémica Nochevieja de Gurruchaga del 88. En aquellos años del siglo pasado se tejía una parodia transgresora que ha acabado siendo una realidad en el milenio de las crisis y fusiones. Los compadres de Sálvame, avituallados de jamón ibérico, se dedicaron a hacer lo de siempre a la espera de la aparición de la bellísima trinidad de sus campanadas. Fue un trío tan peripuesto como tontaco. De verdad. Sara Carbonero (su novio copó el último anuncio, claro) sin deporte es una lacia supina y Pilar Rubio se dedicaba a poner caritas, que para eso late una buena modelo bajo su ropa. Marta Fernández, AR 2, se puso demasiado parlanchina. Hacía de hermana mayor entre las melenas y fabricó unos minutos de espera que se hicieron cansinos mientras arrojaban ángeles de trapo y deseos a la masa sincopada de la Puerta del Sol. Ana Cristina Ramírez y Enrique Romero eran la opción más sana para no atragantarse de agobio, aunque desde Jaén. Lo de Berto Romero en La Sexta estaba demasiado enlatado. Pena.

Anne Igartiburu es la experta en llenar minutos huecos al relente de Madrid, pero no tuvo química con el propio José Mota. Entre el ruido de tantos petardos parece que las neuronas se paralizan, como le ocurría también a la pareja de Antena 3, Jorge Fernández y Sandra Daviú. La cadena de Planeta dedicó las últimas horas a un aluvión de El club del chiste, un corta y pega con un millón de tonterías de todo el año. Después de la medianoche Antena 3 insistió en este ensamblaje de mal humor y música con lo más granado de su videoteca, condemor, como también hizo Cuatro y, más tarde, Telecinco y La 1. En el cotillón televisivo ya sólo priva el refrito. Hubo momentos en que Bisbal, Rosa López o Andy y Lucas salían en varios canales a la vez. Viva Andalucía libre. Y ubicua.

Canal Sur, como marca su tradición, después de las hogueras del 24 insiste con los copleros versátiles en la noche del 31, que lo mismo te evocan a Antonio Molina como a Las Ketchup. Por qué. Menudo aserejé público. Eva González y Luis Muñoz hilvanaban este empacho. "Vive vegano", recomendaba una pancarta a lo grande en la Puerta del Sol. Sí. La televisión en Nochevieja sólo aporta colesterol.

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