El PP nunca ha tenido comprensión con la sistema actual de financiación de RTVE, acometido por Rodríguez Zapatero en 2009, pero la fórmula se mantendrá al menos hasta 2016, en un gesto del Ministerio de Industria para mantener una tregua con los dos grandes grupos privados. El cierre de canales en 2014, enmendado en parte con el último concurso de la TDT, habían enrarecido las relaciones con los operadores en abierto, en especial con Atremesdia y Mediaset, por lo que reformar el modelo de una TVE sin publicidad habría agudizado el conflicto. Desde la corporación pública se había solicitado esta propuesta de recuperar los intermedios comerciales en prime time, pero se ha rechazado de cara a las elecciones.

La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría es quien a lo largo de esta legislatura se ha encargado personalmente de la relación con las cadenas privadas. Para oxigenación de las arcas públicas en esta etapa se autorizó la figura del patrocinio cultural y deportivo en la programación de TVE, publicidad encubierta que fue respondida con cautela por las privadas. Sin la vía de la publicidad, porción de la tarta comercial que dejó unos 400 millones de euros disponibles a las privadas, RTVE se financia con un porcentaje de los ingresos de las empresas de telecomunicación (un 0,9% de su facturación) y explotación del espacio radioeléctrico, más una aportación directa de las cadenas privadas, un 3% de los ingresos de las empresas en abierto (englobadas en el combativo colectivo Uteca), y un 1,5% de las de pago . Por este concepto se ingresan unos 90 millones anuales, pero la crisis publicitaria redujo el montante de la tasa hasta menos de 60 millones.

El Gobierno redujo en esta legislatura de forma apreciable la subvención a RTVE, pasando de los 550 millones de la estabilidad de 2010 a los 293 millones de 2013, lo que se ha venido traduciendo en un déficit cada ejercicio que ha rondado los 113 millones. La losa de números rojos se maquilló con aportaciones extraordinarias. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, ya el año pasado salió al paso de los rumores que vaticinaban el regreso de la publicidad a TVE por sus delicada situación económica. El actual Gobierno cambió la ley para evitar que el presidente de RTVE fuera elegido por consenso, pero no dio el paso para reconfigurar la fórmula de financiación, que no tocará por ahora.